Pedro Taracena Gil
Periodista
LA ESPAÑA DEL NACIONALCATOLICISMO
«Y bien, en resumidas cuentas, ¿Cuál es la religión de
este señor Unamuno?».
En la España del nacionalcatolicismo en la
década de los años 50, los adolescentes fuimos víctimas de la educación
soportada, más que una liberación creativa de la juventud, fue una castración
en amplio sentido de la palabra. Las y los niños de mi generación recibimos una
deseducación inmersa en la peor de las circunstancias: Educación religiosa a
través del Catecismo registrando en nuestra memoria 200 preguntas al pie de la
letra. Una Formación del Espíritu Nacional; cantando el Cara al Sol todas las
mañanas en formación militar, rezando la oración, “José Antonio esté contigo…”
“Señor mío y Dios
nuestro
José Antonio esté contigo.
Nosotros queremos lograr aquí
La España que él ambicionó
Nos guía El Caudillo, Señor…”
Mis Maestros y profesores fueron religiosos
de la Congregación Salesiana y el Opus Dei era el brazo armado del Gobierno,
exhibiendo el libro de Camino como la nueva biblia del Caudillo de España que
lo fue por la Gracia de Dios.
En aquella España los adolescentes con inquietudes
leíamos libros que estaban en el Índice de la Iglesia que la alianza
trono-altar, obligaba a mantener. Censura que el franquismo hacía suya. Dos
libros fueron censurados de Miguel de Unamuno: “La Agonía del Cristianismo” y
“Del sentimiento trágico de la vida”. El concilio ecuménico Vaticano II obligó
al estado confesional a suprimir la censura eclesiástica. España ha estado de
espaldas a la democracia de 1939 a 1975 y por supuesto violando la Declaración
universal de los derechos humanos:
LA DOCTRINA SOCIAL DE
LA IGLESIA
Esta introducción pretende dar paso a un breve ensayo
para reflexionar sobre el rol que la religión ha tenido y tiene en la
actualidad.
Encíclica Rerum novarum de León XIII
en 1891
La constitución pastoral sobre La Iglesia en
el mundo actual del concilio ecuménico Vaticano II 1962-1965,
convocado y realizado por los papas Juan XXIII y Pablo VI.
Encíclica Populorum progressio 1967
de Pablo VI.
Sin duda el pueblo español, mejor dicho, no pocos
cristianos nos comprometimos con estas doctrinas, que abiertamente estaban en
contra del maridaje Iglesia-Estado; abandonando la parte dogmática y abrazando
los derechos humanos y la justicia social. Conceptos ajenos a la religión y que
en el nacionalcatolicismo se confundían de forma muy interesada:
El pecado y el delito.
La caridad y la justicia social.
La moral laica y los mandamientos de la Ley de Dios.
El dogma divino y el uso de la razón humana.
La Doctrina Social de la Iglesia resultó incompatible
con la dictadura franquista; quebrantando derechos humanos y justicia social.
Numerosos clérigos fueron perseguidos por la dictadura
franquista, simplemente por predicar la doctrina que emanaba del concilio que
le era contemporáneo. Un solo obispo tuvo que ser protegido por la Santa Sede
ante el peligro de ser procesado al margen del Concordato mantenido por el
Franquismo y la Curia de Roma.
LA TRANSICIÓN FALLIDA DE LA DICTADURA A LA
DEMOCRACIA
La constitución conciliar de “La
iglesia en el mundo actual” decretada por el Vaticano II, la muerte del
sanguinario dictador Francisco Franco y la ejecución de la coronación del
Príncipe de España Juan Carlos de Borbón, en absoluto trajeron la democracia a
España. No obstante, los españoles venidos del exilio y los liberados de las
cárceles franquistas aceptaron como mal menor una ley de amnistía que dejó
impune el genocidio franquista.
Secuencia de la mal llamada transición:
1. Las
Cortes franquistas proclaman a Juan Carlos I como “rey de una dictadura”.
2. El
Presidente del Gobierno y el Rey someten a referéndum una reforma política, que
introduce de forma engañosa el testamento de Franco que,
incluye la monarquía, eludiendo un referéndum que la validara.
3. La
nueva Constitución Española, conservó la estructura franquista: Fuerzas
Armadas, Jueces, Policía; dejando intacto el aparato represor de la dictadura y
la alianza Iglesia-Estado.
4. Se
decretó una Ley de Amnistía en 1977 que dejo impune el genocidio. Se
beneficiaron por igual las víctimas y sus verdugos.
5. El
papel del Rey en esta farsa merece un análisis aparte en todo su reinado.
El VATICANO COMO MONARQUÍA TEOCRÁTICA
La tradición nos
cuenta que históricamente Jesús de Nazaret, hijo de José el carpintero y María
hija de Joaquín y Ana, lideró un grupo de discípulos predicando La Buena Nueva.
Pescadores en su mayoría. La Biblia y sobre todo El Nuevo Testamento, dan testimonio
de la génesis del cristianismo. No seré yo quien haga una exégesis de su
evolución histórica, hasta llegar a nuestros días.
A través de veinte siglos aquella minúscula célula
apostólica se multiplicó y se transformó hasta el día de hoy. Aquel grupo de
apóstoles seguidores de Cristo se han constituido en un estado con una
estructura reconocida por el resto de los estados de la Tierra. Presentan un
boato como todas las monarquías históricas, entre ellas la monarquía española.
No pretendo formular una crítica de la Curia Vaticana
y mucho menos de su justificación ante el resto de los estados y gobiernos del
mundo. No obstante, el comportamiento del papa Francisco durante sus políticas
en pro de los más pobres, el colectivo LGTBEI, los divorciados y los desvalidos
en general, han marcado una tendencia que, en apariencia, el nuevo papa León
XIV, al evocar a través del nombre elegido como papa a León XIII, ha provocado
cierto optimismo sobre su preocupación social, aunque haya adornado su
coronación con un boato digno de los papas más clásicos.
LA FE Y LA RAZÓN LA CARIDAD Y LA JUSTICIA
La fe es
el conjunto de creencias de carácter indiscutible y obligado para los
seguidores de cualquier religión. En el caso de la religión católica su
contenido está en el Catecismo de la Doctrina Cristiana y en el Derecho
Canónigo.
Sin embargo, la razón se basa en
argumentos o demostraciones donde se aducen pruebas en apoyo de algo. Es una
cuestión humana no divina.
La caridad es la
actitud solidaria con el sufrimiento ajeno. Limosna
que se da o auxilio que se presta a los necesitados.
La justicia es el principio moral que
lleva a determinar que todos deben vivir honestamente y somo iguales en
derechos y deberes.
Con estas cuatro magnitudes podemos conocer las
limitaciones que la religión cristiana tiene para adaptarse al siglo XXI.
Por mucho que la voluntad del papa Francisco fuera
aplicar las obras de misericordia en materia del colectivo
LGTBI o en materia de cristianos divorciados o de leyes que regular la conducta
humana ajena a prejuicios religiosos, la eficacia es un espejismo de la
realidad humana seglar y laica.
Por estos prejuicios insalvables, las doctrinas que
emanan de papado están llamadas al fracaso. En los breves días de pontificado
de León XIV se ha percibido que evoca la tímida doctrina del colectivo LGTBI,
por ejemplo, pero su imagen ha recordado a Benedicto XVI. Otros gestos de
avance en materia sexual, por ejemplo, será un espejismo.
Es evidente que quien se entusiasma con el boato de
esta monarquía teocrática y la puesta en escena de las ceremonias litúrgicas en
latín, están en su derecho y son dignos de respeto. Pero al papado no se le
puede pedir más sin alterar su propia naturaleza…
ACCESO A PÁGINAS CONSUTADAS
LA
VERDAD EN LA VIDA Y LA VIDA EN LA VERDAD
DECLARACIÓN
UNIVERSAL DE LOS DERECHO HUMANOS
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