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sábado, 15 de octubre de 2016

LAS NUEVAS CLASES SEXUALES

Por Pedro Taracena Gil



Virtudes y vicios. Prejuicios y complejos. Sin duda la estructura del concepto de clase social del siglo XX, sin remitirnos a nuestros ancestros de los clanes, matriarcados o patriarcados, ha sufrido una auténtica revolución. 



El Renacimiento vino a desplazar a Dios del centro del universo y colocar en su lugar al Hombre. Para estudiar la repercusión que este movimiento humanístico tuvo en España hubo de esperar 100 años. Que perpetuando la alianza Trono-Altar y el maridaje Iglesia-Estado, hemos llegado hasta el siglo XXI, dejando atrás los condicionantes religiosos. La razón está reemplazando a la fe. Aunque las prácticas religiosas permanezcan en el ámbito social. Los ritos religiosos han dado paso a los usos y costumbres de naturaleza lúdica o pagana.
Hasta ahora las clases sociales se configuraban en torno a la pobreza y la riqueza. La economía y la propiedad privada. La justicia social y el mundo laboral. El poder adquisitivo, las carencias y los signos externos. Las clases sociales se establecían como: Clase Baja, Clase Media y Clase Alta. En España como miembro de la Unidad Europea y antes de 2007, el Estado de Bienestar se configuró en torno a una clase media muy potente, dejando como residual el estrato más bajo, nutrido por la inmigración. La clase alta menos importante que en el pasado, donde se desdibujaba la burguesía, los caciques, la aristocracia y la nobleza. Aunque el poder financiero ha sido siempre el mismo desde el golpe de estado de 1936 hasta nuestros días.




Para analizar y poder dibujar LAS NUEVAS CLASES SEXUALES, tienen que salir del armario, no solamente las personas, sino los conceptos que soportan esta nueva estructura. Conceptos que hasta ahora se consideraban como conductas perniciosas,  constitutivas de vicios contra la moral y pecados contra la religión. La libertad sexual es un derecho y la procreación ha dejado de ser una imposición divina: ¡Creced y multiplicaos!
Dentro de la sexualidad, un compendio de conceptos como: la deshonestidad sexual, la lascivia, la concupiscencia, como contrarias a la virginidad, la castidad y la pureza, han dado paso a considerarse conductas normales. Sin estar sujetas las primeras a la consideración de vicio, y a valorarlas como virtud la segundas. Son opciones donde tampoco se excluyen las derivadas de la asexualidad. Aquellas personas que en mayor o menor grado prescinden de su realización sexual.
Dentro de este mundo conceptual surge una NUEVA CLASE SEXUAL, donde los comportamientos sexuales, tanto individuales como en pareja, están sometidos a la libertad, la igualdad, la dignidad y el respeto mutuo. Recordando el derecho de la persona a su realización sexual, incluye el derecho a una educación sexual desde la infancia y disfrutar de una salud sensual y sexual.
Los comportamientos sexuales de este nuevo tejido social, se descatalogan como perniciosos, inmorales o pecaminosos. Ante una visión del humanismo laico, la masturbación, la libertad para mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, entre  homosexuales como heterosexuales, forman porte de un comportamiento elevado a la categoría de normal e inocuo ante la moral y las costumbres sociales. Constatando que las personas que deseen someterse a otras disciplinas familiares, religiosas o tradicionales, pueden hacerlo y la sociedad respetarlo. 




Es evidente que estas NUEVAS CLASES SEXUALES, configuran una nueva estructura familiar. Las diversas opciones sexuales son reconocidas por la Constitución y arrojan un nuevo panorama social. Familias mono parentales con hijos naturales u adoptados. Familias formadas por padre y madre con hijos naturales o adoptados. Familias con dos padres, con hijos adoptados o producto de la inseminación artificial con la donación del semen de uno de los cónyuges. Engendrados en un vientre de alquiler. Familias con dos madres, con hijos adoptados o naturales de una u otra de las madres, con la colaboración de un donante.
Estas NUEVAS CLASES SEXUALES, han sido elevadas a la triple categoría de: constitucional, legal y legítima. La propia ley ejerce una pedagogía para que la sociedad asuma estos nuevos valores como positivos, ajenos a cualquier prejuicio ancestral. No obstante, una sociedad con una fuerte implantación religiosa no está exenta de conductas resistentes al cambio y a la evolución. Este breve ensayo no puede ni debe eludir enunciar y denunciar las conductas tendentes a quebrar esta armonía de valores positivos. Sobre todo evitar que los niños crezcan en un ambiente asfixiado de contradicciones, de prejuicios y complejos. Antes de que se legalizaran estas NUEVAS CLASES SEXUALES, los enemigos de la libertada sexual y de la igualdad entre la mujer y el hombre, ya habían mantenido conductas execrables contra la mujer, los homosexuales y transexuales.




Estos perfiles perversos que desde aquí en adelante vamos a mencionar, toman parte de la visión negativa de la realización sexual. El machismo representado por el personaje del MACHO IBÉRICO, ha sido protagonista de la violencia de género y ejerce la misma agresión ante una mujer que ante un hombre aunque sea su pareja. Porque para él la igualdad es un insulto a su falsa superioridad. La homofobia no asume que haya opciones diferentes a su patológica visión machista. Otras conductas perversas se manifiestan como crímenes contra los menores, ensangrentados por la pedofilia. Las NUEVAS CLASES SEXUALES se ven agredidas por su flanco más frágil, los niños. Y lo más dramático es que estos atropellos son cometidos por quienes tienen el deber de su custodia y protección. Los profesores, preparadores físicos y tienen su máximo exponente en la Iglesia. Es presido denunciar que personajes políticos desempeñando puestos de servicio público, aún no hayan asumido la estructura de las NUEVAS CLASES SEXUALES. Y sobre todo los eclesiásticos y los colegios religiosos, lejos de educar para la convivencia, enfrentan a la sociedad manteniendo complejos y prejuicios ancestrales e inconstitucionales. La religión no debía de haber entrado nunca en la Escuela. Educar a la infancia en base a valores religiosos, en lugar de que razonen para llegar al conocimiento humano, es simplemente el crimen que hace personas asexuadas en lugar de personas libres. Eunucos por el reino de los cielos, en lugar de ciudadanos ejerciendo su derecho a la libre realización sexual.

Colección: PASEO DE MEDIANEDO

Por Pedro Taracena Gil