ENLACE MEN TANTRA MADRID
TANTRA SEXO SAGRADO
6 febrero 2010
Una breve historia del Tantra
Cuando se
menciona la palabra Tantra, inmediatamente se piensa en una misteriosa y oculta
práctica oriental de difícil acceso, en actividades grupales o individuales de
sexo desenfrenado, o se asocia también a una estricta disciplina esotérica del
budismo tibetano.
Todas estas
asociaciones resultan interesantes y despiertan curiosidad y a la vez asustan un
poco. En realidad, ya que el Tantra se relaciona sobre todo a una práctica y a
una consciencia del sexo sagrado, existen diferentes tradiciones tártricas que
se ajustan a las costumbres de diversas culturas, así como a sus principios
morales y espirituales.
Por lo
tanto, en casi todas las culturas ha existido una practica tártrica adaptada a
esas características, excepto en aquellas sociedades que han catalogado al sexo
como algo que nos aleja de Dios y de un camino espiritual, transformándolo
muchas veces en pecado si se hace fuera del contexto de la familia y sin el fin
de la procreación.
Los primeros
registros de una consciencia tártrica provienen de la India pre-aria de hace
unos 5000 años aproximadamente. En aquella época, los pueblos que habitaban el
valle del Indostán tenían una visión del Cosmos y una concepción de la vida
donde la consciencia tártrica y su práctica eran una parte fundamental. Los
verdaderos orígenes del Tantra datan de aquella época. Luego, allí por los años
2500 ac esos pueblos fueron invadidos por los arios, provenientes del norte de
Europa, que, cuando descubrieron la rueda, partieron hacia el este en afán de
conquista y en busca de tierras mas cálidas, trasladándose hacia el este de
Europa y Persia hasta llegar al valle del Indostán, donde finalmente se
asentaron. Establecieron allí una estructura social basada en el sistema de
castas y en el patriarcado, contrario al matriarcado que hasta entonces había
reinado en el tipo de sociedad anterior.
Muchos de
los habitantes originales, huyendo de los conquistadores, fueron emigrando cada
vez más hacia el este de la India y hacia el sur. A partir de allí, la práctica
del Tantra en su aspecto más profundo (y, sobre todo, el aspecto de “culto a lo
femenino” que envuelve al Tantra), se fue disipando, aunque se conservase en
parte la consciencia de la sexualidad sagrada. Esta consciencia era transmitida
en los templos y escuelas de la época, sobre todo a la casta superior de los
brahmanes (sacerdotes).
Muchos
siglos después, la India fue repetidamente invadida por el Islamismo, que se
horrorizaba con el aspecto ”pecaminoso e indecente” de los textos y las
enseñanzas tártricas, lo que llevó a que este se volviese cada vez mas esotérico
y oculto, y reservado a unos pocos, hasta casi desaparecer por completo.
Los últimos
vestigios de una cultura con base tártrica conocida en la India son las ruinas
de Kahurajo, renombrada por sus figuras y esculturas eróticas, en el este de la
India, y bien más hacia el sur con relación al valle del Indostán de donde originalmente
provenían estos originales pobladores de la India.
De allí que
el Tantra conserva ese aire de misterio, ya que en la misma India donde nació
llego a convertirse en una práctica esotérica y oculta. En otras culturas también
existieron prácticas tártricas diversas, pero en ninguna de ellas la
consciencia esencial del Tantra ni su visión universal llegaron a ser una base
fundamental de la sociedad tal como lo fueron en la India en esas primeras
civilizaciones.
La esencia del Tantra. Shiva y Shakti.
Según el
Tantra, el Universo nace de la unión cósmica de los principios femenino y
masculino, el yin y el yang, la energía y la consciencia, y el amor es una
parte de la expresión de esta unión a nivel humano.
Shiva
representa la esencia masculina, y Shakti la femenina, y cuando estas se
encuentran se produce una interacción vital y amorosa. Como hombres y mujeres,
cuanto más incorporamos lo masculino o lo femenino y nos polarizamos en ello,
mas creamos una “danza” que es tanto fascinante y mágica cuanto profunda y
poderosa, participando así de la danza Universal de Shiva y de Shakti y
regocijándonos en esta celebración infinita y eterna.
De hecho,
aunque la palabra Tantra (de origen sanscrito) muchas veces se refiera a
ciertos textos (los Tantras), relacionados a las practicas, la interpretación más
generalizada es “el entretejido de las energías complementarias”, y se asocia
con la trama utilizada en el telar al fabricarse un tejido.
En este
sentido, en Tantra no se niega nada, ni se evita, ni se esconde; muy por el
contrario, TODO forma parte de esta interacción, y cada forma particular de energía
es convidada a participar en esta celebración.
De ahí que
el camino del Tantra es el camino de la aceptación de todo, y se busca aceptar
y amar todas nuestras partes, dándoles espacio de expresión y de integración.
Esencialmente,
existen dos modalidades de práctica, el Tantra blanco y el Tantra rojo.
En Tantra,
el aspecto de Shakti (la diosa) que canaliza la cura a través de la energía
sexual y del placer es conocido como “dakini”, y el equivalente masculino es el
“daka”.
A través de
un trabajo consciente, sensible y sintonizado con el otro, la Shakti-dakini o
el Shiva-daka pueden ambos sumergirse en dimensiones de la sexualidad
generalmente desconocidos y crear espacios de cura y de despertar espiritual
que son inimaginables.
Incorporar
la consciencia de daka o dakini que ofrece el Tantra es uno de los “regalos” más
especiales que un hombre o una mujer pueden recibir. Es como sentirse
bendecido.
Daka, dakini, la cura a través de la sexualidad sagrada.
En Tantra,
el aspecto de Shakti (la diosa) que canaliza la cura a través de la energía
sexual y del placer es conocido como dakini, y el equivalente masculino es el
daka
A través de
un trabajo consciente, sensible y sintonizado con el otro, la Shakti-dakini o
el Shiva-daka pueden ambos sumergirse en dimensiones de la sexualidad
generalmente desconocidos y crear espacios de cura y de despertar espiritual
que son inimaginables.
Incorporar
la consciencia de daka o dakini que ofrece el Tantra es uno de los regalos más
especiales que un hombre o una mujer pueden recibir. Es como sentirse
bendecido.
El Yoga de las Relaciones.
Así como el
yoga requiere intención y flexibilidad para los estiramientos y “asanas”
(posturas), en una relación que tenga como propósito experimentar y profundizar
en Tantra se necesita una cierta flexibilidad interior (o, por lo menos, una
disposición a ello), así como una intención de “danzar” y regocijarse en el
juego de la complementariedad masculino-femenina, tarea que muchas veces no es fácil,
pero si maravillosamente recompensado.
Ya una vez
se dijo que el yoga de las relaciones es el más difícil de los yogas, pero a la
vez el más glorioso y magnifico!
Un aspecto
de la práctica de este yoga es aprender a polarizarse en lo masculino como
hombres y en lo femenino como mujeres, y desde allí descubrir cuáles son las
cualidades esenciales que tenemos como hombres o como mujeres para “ofrendar”
al otro en una relación intima. A través de ello se busca conectar con la
esencia masculina o femenina de cada uno y cultivarla y potenciarla,
incorporando así cada vez más a Shiva como hombres y a Shakti como mujeres.
Un aspecto
fascinante y maravilloso de esta práctica es vivenciar como, cuando la mujer
potencializa su Shakti, su diosa femenina interior, ella invita al hombre a
polarizarse en lo masculino, y en la medida en que el incorpora su Shiva
interior y ofrece su esencia interior masculina en la relación, va despertando
a su vez a la diosa en ella, potencializando así sus cualidades y dones de
Shakti.
Esta práctica
se puede llevar al día a día en la relación y crea resultados inmediatos en la
manera de relacionarnos no solo con la pareja sino con el mundo en general,
desarrollando los dones especiales que todos tenemos y que adoraríamos ofrecer
a la humanidad y potenciando esta fuerza interior intrínsecamente masculina o
femenina que se encuentra en cada hombre y en cada mujer. Toda mujer es una
incorporación de Shakti, la diosa femenina, y todo hombre es una incorporación
de Shiva, la divinidad masculina!
La Devoción en la Relación Tártrica-
A través del
Tantra crece en ambos un sentimiento profundo de devoción a la relación y al
otro, abriéndose en cada uno una consciencia y una visión de la relación como
algo sagrado, un espacio infinitamente profundo donde se nos permite
simbólicamente incorporar una mitad del Universo y jugar y celebrar con la otra
mitad!
Es desde
esta consciencia de lo sagrado de una relación que nacen los rituales, siendo
algunos de ellos tradicionales en tantra, y otros creados espontáneamente por
la propia pareja. Muchos de ellos son rituales de honra y adoración (“pujas”)
que tienen como objetivo entrar en la consciencia de lo sagrado que es esencial
en Tantra, y que muchas veces se transforman en experiencias de cura y
reconciliación.
El Tantra hoy: por que hacerlo?
La propuesta
de un trabajo de Tantra en general consiste en abrirse a una visión, así como
aprender técnicas, que nos ayuden a mejorar nuestra capacidad de amar (aprender
a ser mejores amantes, en todos los sentidos), así como a desarrollar una
verdadera maestría de la sexualidad y de las relaciones.
Si nos
detenemos a pensar en ello, el arte de las relaciones no es algo que se pueda
estudiar en la Universidad, a no ser las relaciones laborales o de empresa, aun
siendo un aspecto tan importante de la vida. El Tantra encierra un conocimiento
milenario que fue perdiéndose progresivamente hasta casi desaparecer. Como
tantas otras ciencias y conocimientos de otros tiempos y de otras culturas que
tanto tienen que ofrecer al mundo de hoy y que están resurgiendo en la
actualidad, el Tantra también está despertando cada vez mas interés y
curiosidad, sobre todo en estos tiempos de profundos cambios y transformación,
donde las relaciones tradicionales se deshacen y no perduran. Se crean nuevos
modelos y se experimenta con ellos, pero aun no hemos descubierto un modelo que
nos permita sentirnos realizados y satisfechos en una relación íntima.
Como
podemos, los hombres y mujeres de hoy, tanto solteros como en una relación, dar
el próximo paso hacia el incorporar la pasión y la vitalidad espiritual en
nuestra interacción con los demás, dejando atrás antiguos padrones basados en
la manipulación y los juegos de poder, y superando mecanismos de co-dependencia,
pero sin caer en la independencia auto-protectora ni en dinámicas de relación
que son seguras y funcionales, pero ambiguas y sin pasión?
Experimentar
y profundizar en el Tantra, el Arte del Amor Sagrado, y abrirse a la
consciencia que este propone, puede ser la respuesta para ello, además de
representar una gran toma de poder y un contacto con un espíritu profundo de
celebración.
Me encanta ,,, El sexo no deberia circunscribirse exclusivamente a los genitales ,, Sexo puede ser un beso , una caricia ,,,un roce . Un abrazo mantenido hasta sentirse los dos uno solo,.. La reaccion genital deberia considerarse una respuesta o la consecuencia de los sentimientos a nivel carnal ..
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