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jueves, 24 de diciembre de 2020

LAS OTRAS OPCIONES ERÓTICAS


LAS OTRAS OPCIONES ERÓRICAS 




Carlos Hernández Corcho




Jorge Rueda

EL LENGUAJE Y LA SEDUCCIÓN

Por Pedro Taracena Gil

Virtudes rescatadas del baúl de los vicios

La libido nos despierta el deseo sexual.

La concupiscencia procura los placeres más deshonestos.

La lujuria nunca encuentra excesivo el erotismo de la carne.

Si alguien renuncia al roce de los cuerpos.

La elección nos hace libres, pero no más meritoria.

La fornicación es tan humana como el erotismo.

La excitación nos transporta al amor de dos personas.

La masturbación es un canto a la autocomplacencia.

El lamerse y mamarse, una felación de donación mutua.

La sodomía y la fornicación son caras de una misma sexualidad.

Eros es el dios pagano creador de la energía sexual.

En potencia disponemos de ella como seres humanos.

Somos nosotros quienes la convertimos en actividad sexual.

La energía y la materia no se crean ni se destruyen.

Solamente se transforman en nuestros cuerpos.

Todo es virtuoso en la actividad sexual.

El vicio lo crea la prohibición y el pudor.

El ser humano lascivo que tiene un exacerbado deseo sexual.

Acapara para él y su pareja el placer y el gozo.

Ambos encuentran en esta fusión el orgasmo y el éxtasis.

  OTRAS OPCIONES ERÓTICAS

 Es mi propósito abordar estos temas huyendo de conceptos fisiológicos, psicológicos o sexuales, considerados como parafilias. Por supuesto al margen de cualquier consideración moral y religiosa. Estas tendencias o prácticas se entienden que se llevan a cabo entre iguales. Mayores de edad. Respetando la libertad, la igualdad y la integridad física. Pudiendo ser protagonistas de estos hechos o conductas, desde una persona en solitario hasta varias del mismo o distinto sexo. Siempre en el ámbito privado y aceptando el sigilo para no causar daño en la imagen personal y su derecho a la intimidad, al divulgar tales prácticas.

El tratamiento que personalmente doy a este brevísimo ensayo, está tomado de mi experiencia periodística y de fotógrafo, más aún como retratista.

Es verdad que he comprobado que estos perfiles se dan con mucha nitidez y en pocas ocasiones se contaminan o pierden su genuina personalidad. He podido entrevistar a personas que confesaban con total libertad y expresividad, sus experiencias irrenunciables y muy satisfactorias. Con las sesiones de fotografía al margen del mundo de la publicidad y de la moda, es fácil adentrarse con mayor intimismo en la personalidad y espontaneidad del modelo y de la modelo. En una sesión fotográfica la modelo o el modelo son actores que representan un personaje ajeno a ellos. Se visten con las ropas que les proporciona el modisto o el publicita. Pero no sucede lo mismo cuando el retrato es de una persona en particular, que desea presentar su perfil más favorable. En este caso el personaje desea superar al actor. Y ambos a la propia persona.

De entre todas estas conductas hemos seleccionado las más conocidas y además trataremos de simplificarlas. Obviando las más consideradas como vulgares y rechazadas socialmente, porque no merecen la atención de esta pincelada de ensayo. El autor de este ensayo no emitirá ni un solo comentario peyorativo de estos comportamientos privados o semipúblicos.

 I GALERÍA DEL FENÓMENO “CRUISING”





















 Exhibicionismo: Considero que el exhibicionismo debe de contemplarse dentro de unos parámetros muy amplios. Salvo patologías invasivas en mayor o menor escala, todos y todas somos exhibicionistas de nuestra imagen. Comenzando por el aseo personal y lo que denominamos como ir arreglados. El primer acto de exhibicionismo lo realizamos frete el espejo. Éste nos devuelve nuestra imagen desnudos, vestidos, desaliñados y acicalados. Y nos avanza el grado de aceptación de vamos a tener en la calle, en clase o en el trabajo. Y así nos lanzamos a la conquista de la aceptación por parte de la gente en general y de nuestro entorno familiar y social en particular. Aquí entra en juego el grado de timidez en el contacto humano. Esta exhibición ha de ser compartida. Dos ejemplos pueden marcarnos la pauta del exhibicionismo de índole sexual. En una playa textil y en una playa nudista. En ambos casos compartir en igualdad nos ayudará a vencer la timidez y el pudor. Desnudarse en una playa no acotada para ello, es exhibicionismo que falta al respeto a los que se mantienen con el sexo cubierto. Al contario permanecer vestido o con bañador en una playa de nudistas, es un abuso que agrede a los naturistas que el desnudo para ellos es un vivir conforme a la naturaleza, pero sin otras connotaciones eróticas. Estos valores humanistas se viven con su máximo expresión natural en las colonias, pueblos, campamentos o urbanizaciones naturistas.  Desnudez y naturaleza es un binomio perfecto. Es evidente que el pudor se mantiene en las parcelas reservadas a la intimidad. Todas estas conductas rinden culto a Príapo, es decir el falo en su máxima erección. Allí donde se encuentren hombres o mujeres convocados por el dios Eros, un buen pene en erección, será el centro donde todas las miradas se concentrarán provocadas por el deseo sexual. Habrá quien desee ser penetrado hasta el fondo, no faltará el mirón que se masturbe buscando su eclosión personal. Otros u otras se llevarán el miembro más próximo hasta acariciar sus gargantas en lo más profundo. Y no faltarán polígonos eróticos: triángulos, cuadrilátero, pentágonos y hasta figuras formadas con más ángulos. La libertad sexual no conoce límites. El respeto impera sin complejos ni prejuicios.

 II GALERÍA DEL “EXHIBICIONISMO”














 Voyerismo: Venimos de tratar el exhibicionismo y enlazamos con el voyerista, término que en español se expresa con la faceta específica del “mirón”. Sentir placer y excitación sexual mirando a los demás sobre todo si están desnudos o en una actitud erótica. No obstante, vamos a considerar este comportamiento encajando exhibicionistas y mirones.  Para alcanzar más detalles entrevistamos a personas, sobre todo: hombres heterosexuales, homosexuales y bisexuales. Estos perfiles dentro del mundo del Cruising. En los lugares de Cruising se da también la prostitución, pero cuyos roles apenas aportan variedad a nuestro ensayo. Estos encuentros de varios hombres o también grupales, se desarrollan al aire libre, en coches o en casas particulares aportadas por el anfitrión. Es verdad que las Redes Sociales prestan sus espacios para “tener sexo” en directo a través de la webcam. Se establecen grupos de WhatsApp, de Messenger y de otros grupos alojados en infinidad de aplicaciones para que este género se celebre con satisfacción grupal. Descendiendo a las características de estos perfiles, una vez que se celebran con presencia física, encontramos en la muestra a hombres de todas las edades, casados, solteros con una fijación casi exclusiva puesta en los genitales. Hombres que le gustan los ancianos. Ancianos que les encantan los jóvenes. Hay quien les gusta el sexo con penetración. Las felaciones en pareja. Otros no desean tocar a nadie y que nadie les toque a ellos, solo mirar, excitarse y masturbase. Mientras la duración del encuentro se proyectan vídeos sobre todo caseros, realizados por ellos mismos. Algunos su exhibicionismo les lleva a grabarse masturbaciones muy prolongadas que concluyen como era de esperar con el espasmo de la eyaculación. Los comportamientos pasivos, activos, en pareja y en grupo, en nada se diferencian en cuanto a la lascivia y concupiscencia. En este momento es preciso establecer en espacial que el apetito desordenado de placeres deshonestos, está considerado por la religión como negativos y en este ensayo son valores de un humanismo subjetivamente muy positivo.

 III GALERÍA DEL “VOYERISMO”














 
Narcisismo:  Para mejor entender el aspecto positivo del narcisismo, nos vamos a servir de RETRATAR A NARCISO

 Para todo fotógrafo es un reto tomar imágenes de un modelo de la forma más natural posible. La cámara supone un elemento de agresión a la persona a fotografiar. Si el profesional de la imagen no dota de armas de defensa al modelo, es difícil plasmar lo auténtico, genuino y espontáneo de la persona retratada. Sobre todo, si el fotógrafo huye de las poses repetidas, comerciales, tópicas y típicas.  El modelo presenta ante el objetivo una serie de prejuicios, temores, desconfianzas, rechazos y falta de autoestima. Casi nadie se siente fotogénico y todos salimos mal en las fotos. Cada modelo se ha ocupado a lo largo de su vida de matar al Narciso que cada uno lleva dentro. No obstante, todo fotógrafo que se precie debe dominar el complejo mundo del retrato, tanto la técnica como otras estrategias humanísticas; Creando un mundo de libertad, confianza y complicidad; Fomentando el reconocimiento mutuo con el modelo; Transmitiendo permanentemente toda imagen que el profesional contempla a través del visor de su cámara; alejándose del plató o estudio convencional; transformando las técnicas de Marketing en herramientas humanísticas orientado más hacia el arte y menos hacia el comercio. Mayor humanidad y menos puestas en escena vacías de contenido. Cuerpos sin vida.

Esta introducción es un pretexto para contar mi experiencia como fotógrafo en este campo. Cuando por primera vez me encontré ante un modelo narcisista confeso y convicto, todos mis planteamientos para abordar una sesión fotográfica, se tambalearon. Después de la primera entrevista, acudí sin dudarlo a las fuentes de información que me proporcionaba la mitología clásica. Al fin cuando abordé la sesión, tuve la certeza que tenía la oportunidad de retratar al mismísimo mito griego. Estaba ante mí, dispuesto a mostrarse tal cual vive todavía, como uno de las grandes realidades. Comenzada la sesión, apenas tuve que diseñar pequeños retoques de luz y variar algunos grados en las tomas del gran angular. Cada secuencia de aquel evento fue apuntes de una lección magistral. Donde el fotógrafo era el alumno del modelo. Sin necesidad de la más mínima indicación, el Narciso se asomaba a través de su propia mirada, la expresión de su boca y los primeros planos de su rostro. Afirmando su presencia, acomodándose a la cámara que apenas tenía que capturar aquellas improntas como imágenes acabadas con toda riqueza de matices. Deseo irrenunciable e innegable del Narciso que moraba en el modelo. Las posturas de músculos, brazos, piernas y busto, posaban ante el objetivo de la cámara como ante un espejo. El Narciso se contempla ante sí mismo y así se muestra ante los demás. Sin pudor, ausente de prejuicios, libre, enamorado de sí mismo y rechazando los amores de los demás. El Narciso representa la reafirmación del ego más puro. La autoestima y la libertad más absolutas. Sólo rinde cuentas a él mismo. Fuera de él no hay belleza y tampoco admite que sea otro quien reconozca su singularidad. Él es suficiente para reconocerse y amarse. Es el perfecto auto retratista. El fotógrafo no tiene que esforzarse en extraer el Narciso que todos llevamos dentro, éste surge en el primero de los planos, se sitúa en la escena y ya jamás la abandonará. Treinta y seis secuencias fueron demasiadas para retratar al personaje mítico, porque una de ellas es suficiente para reconocer al Narciso con todo su esplendor.

El narcisismo ha sido tratado desde el punto de vista social y psicológico, como se refleja en el preámbulo de este trabajo, pero en el campo de la fotografía es un aspecto apasionante, quizás, poco explorado. Como enamorado de la fotografía, más aún, como retratista, considero un hito en mi carrera haber logrado fotografiar al mito de Narciso. El agua de aquella fuente mítica, ha sido remplazada por mi cámara y allí, el mito sigue viviendo.

Este mismo trabajo se lo envié al modelo narcisista y ésta fue su respuesta:

 ¿Te has inspirado en el Narciso que conoces o es simple inspiración? Me ha parecido bien, sólo que el Narciso del que te hablo sería incapaz de quitarse la vida, está demasiado enamorado de sí mismo.

Un fuerte abrazo.

Narciso.

 IV GALERÍA DEL “NARCISISMO”

















 El olor corporal y los objetos

 Hasta ahora hemos planteado las sensaciones y emociones sensuales, es decir a través de los sentidos, montando un entramado al servicio de la sexualidad. El ver mirar, el tacto acariciar, el gustar besar y lamer, oír jadear y nos quedaba el oler. Pues el olor corporal, el olor de la ropa y calzado, sobre todo deportivo, son percibidos por algunos como sexual y erótico. Más aún se trata de algo esencial y envolvente la fusión de los cuerpos y la vestimenta que ha estado en contacto con ellos. Muy especialmente si las experiencias sexuales y eróticas tienen lugar en el interior de un coche. Donde muchas de sus partes se convierten en elementos fetichistas, desde la pedalera hasta el volante pasando por las asientos traseros y delanteros.

 V GALERÍA DE LOS “OLORES Y OBJETOS”





















 Nudismo/Naturismo

 Nacimos desnudos y poco a poco los demás, la familia, la sociedad, se ocupa de ir poniéndonos la ropa... La ropa del pudor, el vestido de la vergüenza, el abrigo de los prejuicios. Poco a poco nos ocultamos de nosotros mismos y del prójimo; cobijándonos bajo la gran capa de la moral y las buenas costumbres. Nos avergonzamos de nosotros mismos. Nos negamos. No nos reconocemos. No nos aceptamos. Queremos ocultar aquello que el otro no quiere ver. Deseamos contemplar aquello que nos gusta, pero la sociedad nos prohíbe. Sólo mostramos aquello que aceptan los demás. Nuestra propia aceptación no cuenta. Es la hipocresía la que ordena qué tenemos que mostrar y aquello que nos imponen ocultar. Nos han educado para negarnos, para no dejarnos querer... Y en la medida que tú te aceptes y te reconozcas, te dejarás amar.

Un niño de nueve años vive la espontaneidad y el naturismo, sabiendo entroncarlo con su vida social y escolar. Al regreso de sus vacaciones, disfrutadas en un lugar naturista de nuestro país, el profesor le invitó como a todos los niños de su clase, a realizar un trabajo que consistía en hacer un dibujo reflejando sus actividades y un texto narrando sus experiencias. Cuando el niño volvió a casa de su primer día de clase, contó a sus padres, con todo tipo de detalles su narración y sus ilustraciones. Pero este niño hizo a sus padres una importante aclaración: A todos, os he pintado un bañador. ¡No iba a poneos desnudos delante de la clase! Él estuvo a la altura de las circunstancias en cada momento. Supo adaptarse y respetar el contexto de su ambiente. Una semana más tarde, este niño, en compañía de su clase, visitó la exposición de las excavaciones de Atapuerca. Allí había una reproducción muy bien ambientada del "Homo antecessor", de un grupo de homínidos totalmente desnudos. Este niño fue el único que no exclamó ¡Mira tiene el pito al aire! O También, ¡Se le ve la cola! Sus vivencias naturistas y nudistas le permitieron discernir y adaptarse. Aquí está su incipiente madurez, basada en la espontaneidad y la naturalidad.

 Otras de las perspectivas, desde las cuales se puede estudiar el cuerpo humano, son el retrato y el autorretrato. Este tema, aunque desde otro ángulo ya ha sido tratado más arriba. Poco a poco se crea un espacio mágico entre el fotógrafo y el modelo, entre el objetivo de la cámara y su mirada. El estudio fotográfico se convierte en un pequeño campo de batalla, donde se libra la lucha entre la agresión del fotógrafo con su cámara; entrando en la intimidad del modelo y el desafío que supone para él, su respuesta; utilizando su mirada como única arma. Esa mirada mantenida, es el reflejo de su autoestima, de su aceptación y seguridad en sí mismo. Cuando el modelo va cediendo tensión en favor de su identificación con la cámara, irá aceptando ser reconocido por el otro. En la medida que el modelo se reconozca en las fotografías, se habrá aceptado así mismo. Si además somos capaces de recorrer el camino del retrato al autorretrato, habremos conseguido gozar del Narciso que todos llevamos dentro y compartir este gozo con los demás. Nos habremos reconocido y nos habremos dejado reconocer, dando ocasión para descubrirnos el yo; abandonando la máscara que nos oculta, que nos anula. Todos nosotros deberíamos conseguir nuestro reportaje fotográfico, muestra de nuestra aceptación y nuestro reconocimiento. Prueba de haber superado el recorrido del retrato al autorretrato. Seríamos más amados y amaríamos más...

 VI GALERÍA "NATURISTA/NUDISTA"

  






















EL "AUTORRETRATO"








Nota: Las fotografías han sido seleccionadas por el autor del ensayo.

OPCIÓN ERÓTICA SIN CATALOGAR

 Efectivamente es difícil de catalogar el comportamiento de los protagonistas de esta nuestra última entrevista. No obstante, la vocación de este llamémosle ensayo, nunca ha tenido intención de pasar estos comportamientos a través de tamices psicológicos, morales, sociales, político o religiosos.

Siguiendo con esta pauta hemos abordado la entrevista a dos hombres que ahora tienen 49 y 76 años, pero su peripecia comenzó sobre los 10 años del primero. Utilizamos la palabra peripecia porque si bien no supuso un acontecimiento dramático imprevisto, sí alteró sus sensaciones, emociones y sentimientos. A través de su desarrollo.

Este niño al rebasar la edad donde se abandona la fantasía y comienza el lenguaje lógico, se fijó en su padre como hombre, más aún, como varón. Y aprovechaba la puerta entreabierta de su habitación para mirarle cuando se desnudaba recreándose en su cuerpo desnudo. La curiosidad fue creciendo al mismo ritmo que evolucionaba su adolescencia: crecimiento del vello púbico y las primeras masturbaciones, aunque prematuras para que llegara la eyaculación. Enseguida, según nos cuenta, manteniendo el sigilo se acercaba habitualmente a la cama donde su padre se echaba la siesta, para llegar a tocar los genitales de este hombre; siendo consciente de que era su padre. Nos dice que llagó a tocarle y acariciarle el pene. Su padre permanecía dormido, y como era de esperar el niño insistía y lograba la erección del miembro viril de su padre. Si hacemos un balance del crecimiento del hijo de los 10 hasta los 18 o 19 años: la niñez, la adolescencia, la pubertad y hasta la juventud, estas etapas se desarrollaron bajo un calculado sigilo y un pacto silencioso y secreto, donde el niño fue asumiendo que aquello no era malo y que su padre no le recriminaría por ello, y mucho menos le iba a delatar. El padre, jamás denunciaría a su hijo y mucho menos exponerse a la presión familiar, social y religiosa. Se creó una complicidad que fue adaptándose a los tiempos de crecimiento del hijo. Cuando el joven aún no había cumplido los 20 años, su padre falleció. El hombre de ahora mantiene que pudo constatar que su padre después de muerto tuvo una erección. Esta afirmación no ha sido motivo de consideración porque por encima de todo está el respeto para ambos, padre e hijo.

Han pasado 20 años de la muerte del padre y el hijo con 49 años, cuenta que desde entonces nadie conoce aquella relación paternofilial, que hoy la asume con mucho cariño y respeto por la conducta amorosa de su padre. Pero ha sucedido algo nuevo en su deseo sexual. Ha encontrado un hombre que tiene la misma diferencia de edad que mantenía con su padre. Y abiertamente le ha contado el relato y además le ha declarado que siente la misma atracción sexual con él que sentía con su padre. Atónito este hombre de más de 70 años, lejos de huir del relato ha deseado quedarse dentro, como un protagonista más. Lo más importante de esta nueva situación es que el nuevo padre, sin complejos ni prejuicios, ha descubierto el deseo sexual en el joven que podría ser su hijo.

Para abundar en la situación presente hemos solicitado que el nuevo protagonista de la historia, se prestara a ser entrevistado para completar el espectro de sensaciones, emociones y sentimientos, que constituyen la nueva arquitectura de la pareja.

“No ha sido un flechazo súbito, nos relata este hombre de 76 años, ha sido una reflexión donde asumiendo el papel del padre adulto y el crecimiento del niño: infancia, adolescencia, pubertad y juventud, he establecido una doble empatía que me ha llevado a sentirme libre para dar rienda suelta a mi deseo sexual. He tomado esta decisión como si su padre natural no hubiera muerto…

Me siento que soy el padre putativo, donde la sexualidad tiene una naturaleza paternofilial. Dos hombres que se han enamorado y quieren vivir su sexualidad asumiendo en positivo el pasado de cada cual. Los dos relatos se convierten en una historia; rompiendo los paradigmas ancestrales”.

Esta entrevista ha quedado así de abierta. El lector puede cerrarla como estime oportuna. Nos sentimos incapaces de modificar una coma o valorar las emociones que desgranan este relato.

 LAS OTRAS OPCIONES ERÓRICAS 2/2

LAS RELACIONES HOMOERÓTICAS RITUALES EN LOS PUEBLOS MELANESIOS

 El marco geográfico en el que nos encontramos es la Melanesia, que no es más que una de las divisiones de las numerosas islas de Oceanía. En esta división aparecen las naciones de Papúa Nueva Guinea, Salomón, Vanuatu y Nueva Caledonia. Numerosas etnias y grupos lingüísticos se concentran en estas islas. Grosso modo podemos distinguir dos grupos lingüísticos distintos: los hablantes de las lenguas papúes y los de las lenguas oceánicas melanesias, aunque existen unas 350 lenguas habladas por distintos grupos étnicos, a veces de reducidos tamaños. En este ensayo estudiaremos solo una pequeñísima parte de estas etnias, solo aquellas en las que se practiquen la homosexualidad ritual.

Según el antropólogo Gilbert H. Herdt, hay cuatro tipos ideales de prácticas entre individuos del mismo sexo: las estructuradas por la edad, por el género, por la clase y las igualitarias o gay. En el tema que nos corresponde, las prácticas en Melanesia, la variable principal que rige todas las prácticas entre personas del mismo sexo es la edad.

Antes de analizar estas prácticas hay que desprenderse del velo occidental, en el cual la homosexualidad es un pecado (en algunos países hasta un delito), una enfermedad o algo aborrecible. Tradicionalmente se ha considerado la práctica homosexual como anormal, pero no es una idea válida a nivel universal, pues hay culturas en las que el concepto homosexual no existe. En nuestro marco geográfico a tratar, los hombres melanesios que participan en prácticas homosexuales rituales no son “homosexuales”, como veremos más adelante una vez que nos introduzcamos en el tema de debate, porque todas las relaciones sexuales hay que contextualizarlas en una cultura particular.

También hay que hacer una observación sobre el término “pederastia”, nombre que designa la relación entre un varón mayor con otro más pequeño, pues este concepto no existe entre los grupos indígenas estudiados.

Una vez realizada esta introducción y haber aclarado algunos puntos fundamentales de los temas que vamos a tratar, pasaremos a hablar de estas prácticas rituales en Melanesia. Primero comentaremos algunas prácticas de estos pueblos para luego centrarnos en los sambia y finalizaremos con una conclusión.

Para muchos pueblos, entre ellos los asmat (habitan una franja del extremo oeste de Nueva Guinea Occidental), la práctica sexual se define como un mbai, es decir, como una “amistad” de por vida con simpatía que no es diferente del matrimonio heterosexual. En general podemos decir que las prácticas homoeróticas se basan en la inseminación vía oral del más joven, pero podemos comprobar que en otras culturas también la inseminación anal es bastante frecuente.

Entre los jaquai (tribu vecina de los asmat), la sodomía es el deber del mentor porque su papel es cuidar por la masculinización del joven. Según las creencias de este pueblo, la sodomía es la única forma de hacer al joven fuerte y masculino y de que en un futuro sea un gran guerrero. Lo mismo ocurre entre la cultura kumula, situados geográficamente en el área de la Meseta Papúa al sur del monte Bosavi, en la que los jóvenes (que son denominados “esp sas” de los inseminadores) reciben semen a través del coito anal durante la iniciación para que “crezcan” y se hagan “grandes”. Aquí los niños comienzan la iniciación a los nueve años y su inseminador será el padre o el hermano de su futura mujer.

También entre los poblados del Trans-Fly, cerca del curso medio del río Fly, el coito anal es necesario para el desarrollo físico del hombre. En esta sociedad cuando a un joven le empieza a salir la barba, sus tíos maternos lo llevan a la casa de los solteros donde compartirá sus días con grupos de cazadores y con la “opción de las relaciones homosexuales con otros varones”[1]. Por último destacar que en la isla de “East Bay”, en el sector nororiental de Melanesia, los jóvenes en su adolescencia pueden practicar la masturbación mutua y que su abandono puede conllevar la práctica de relaciones sexuales anales con sus distintos amigos (pudiendo intercambiarse el papel del activo y del pasivo). Estas prácticas, según nos dice Davenport, no son más que los favores que se podrían esperar de la amistad.

Ahora pasaremos a casos más concretos. Tradicionalmente se ha denominado a la isla de Malekula (al norte de Vanuatu) como un locus classicus[2] de las relaciones homosexuales organizadas. Allí se encuentran al norte los big nambas. Para ellos la homosexualidad está altamente organizada en la que los hombres mayores (cuyo poder físicamente está representado en los grandes tamaños de sus penes) ayudan a que los más jóvenes se conviertan en hombres maduros. Según Guiart, los que establecen una relación homosexual son el abuelo paterno y el nieto.

Es muy curioso los nombres con los que se designan a una pareja homosexual durante esta iniciación, que son el de “esposa” y “marido de la hermana” o nilagh sen, aunque a veces se emplean los términos de “guardianes” o dubut y de “novicios”. Esta “pareja” se comportaría como cualquiera otra heterosexual, el “marido” puede tener celos de que otro hombre pueda mantener relaciones sexuales con su “esposa”, según nos relata Deacon[3]. También podemos comprobar que el dubut no puede tener relaciones sexuales con el joven durante su periodo de reclusión tras la circuncisión[4].

Estas prácticas homosexuales no las realizan por el simple placer sexual, sino por la creencia de que con ellas el órgano masculino del joven amante se pueda desarrollar fuerte y grande, pues para los big nambas un pene grande es primordial en el contexto de la dominación masculina. Una vez que el joven se convierte ya en un “hombre” puede tomar a otro joven como amante y empezar la iniciación. Además, estas prácticas hacen que el muchacho se cargue de un “poder” extraordinario.

Por último, analizaremos el caso de los sambia que habitan las Tierras Altas orientales de Papúa Nueva Guinea con una población de unos 2500 habitantes repartidos en un territorio de selva muy extenso. Este pueblo también practica la homosexualidad ritual. Para ellos, como para muchos otros pueblos melanesios, el semen es un recurso muy escaso, tanto incluso que lo han fetichizado, convirtiéndolo en una “mercancía” con una personalidad propia.

Para entender las prácticas homosexuales entre los sambia hay que entender primero una idea muy importante: el papel de la mujer. Entre los sambia el rechazo a la mujer es una idea muy común por eso las relaciones entre un varón y una mujer son opuestas. Hay una creencia “universal” entre este pueblo que consiste en calificar a la esposa como un ser inferior y como agotadora de los hombres debido en gran parte a sus fluidos menstruales y vaginales. Por esta razón las relaciones sexuales entre ambos deben ser muy espaciadas para evitar el agotamiento, el envejecimiento y/o la muerte prematura del hombre.

La mujer madura de forma natural porque sus cuerpos contienen un órgano de sangre menstrual (tingu) que acelera su desarrollo. Esto no ocurre lo mismo cuando se trata del varón, que no puede madurar de esta forma, sino que necesitan el semen para ello. Los hombres sambia creen que sus órganos seminales no producen semen por sí solos, sino que se necesita la ayuda de inseminaciones y prácticas rituales.

Esta iniciación comienza cuando el joven tiene siete o diez años y son llevados a la casa de los solteros donde no podrán tener contacto con ninguna mujer. A lo largo de su infancia, los jóvenes tienen que pasar por seis iniciaciones durante los próximos diez o quince años, dentro de las cuales en la primera etapa (la llamada moku) se practican las felaciones. En ese periodo los muchachos aprenden a ingerir el semen de jóvenes de más edad a través del sexo oral porque el beber semen hará al adolescente más grande y fuerte, estando prohibido invertir los papeles de mamador/mamado. Todos los varones sambia tienen que pasar obligatoriamente por estas dos etapas: primero son mamadores y luego serán mamados.

Ahora hablaremos de las categorías culturales principales del semen entre esta tribu. El semen será, por tanto, un recurso que será consumido, producido, “conservado”, “invertido” y “gastado”. Antes de continuar tenemos que tener muy en cuenta las creencias de los sambia, a saber: el semen es el fluido humano más precioso y apreciado siendo vital para la procreación y el crecimiento, siendo muy escaso; los sambia solo conciben el placer sexual en correspondencia con otra persona, es decir, el placer sexual[5] solo se concibe con otra persona, no existe la idea de masturbación;  cuando los hombres hablan del deseo erótico suelen referirse a las salidas sexuales (boca o vagina); y las relaciones sexuales se pueden dividir entre trabajo (wumdu), que no es más que la procreación, o como juego (chemonyi), copular repetidas veces con un joven a sabiendas que él no procreará. Según Gilbert H. Herder podemos distinguir cinco tipos de categorías culturales que son:

Juego erótico: es básicamente el chemonyi, gastar el semen para conseguir el orgasmo. Se prefieren más los contactos entre varones que entre mujeres, ya que una esposa (que no es más que una propiedad sexual) es menos excitante que un joven o una mujer virgen. Esta categoría también es empleada en las felaciones homosexuales, aunque el receptor de semen lo toma para su “crecimiento”.

Procreación: contactos heterosexuales de genital a genital que produce el nacimiento de una descendencia. La inseminación oral de la mujer prepara al cuerpo y lo fortalece para hacer niños. Esto también hace que la mujer pueda crear leche materna, con la creencia de que el semen se transforma en leche. Dentro del vientre, la leche se transforma en tejido fetal: hueso, piel, músculos y órganos.

Crecimiento: el crecimiento humano se debe a la ingestación de semen o sus equivalentes (leche materna o nueves de pandanáceo). El crecimiento masculino es debido a las inseminaciones durante su infancia, asemejando las felaciones con el amamantamiento. Estos espermas serán distribuidos por el cuerpo y harán madurar la piel, los huesos y el cráneo. El semen también será acumulado como un embalse en los genitales del joven y su función es el desarrollo del vello corporal y el de un pene maduro, además de para poder tener contactos sexuales posteriores.

Fortaleza: el semen masculiniza el cuerpo de una persona. “En términos masculinos sambia, la fortaleza es un producto de transacción que hace uso de la secreta adquisición sexual de semen de otros hombres por parte del padre, que luego él utiliza para alimentar a su esposa, cuyo cuerpo, a su vez, tiene una capacidad ‘natural’ para almacenar el fluido y convertirlo en alimento de pecho que fortalece y madura al niño”[6].

Espiritualidad: es una composición de elementos naturales y sobrenaturales. En esta categoría están los espíritus familiares más importantes que se cree que los hombres varones los transmiten mediante el semen. Los muchachos solo heredan a los familiares del padre mediante el semen. También la concepción del alma entra en esta categoría, que muchos creen que es producto del esperma del padre.

Como conclusión podríamos decir que la fellatio homosexual significa un “amamantamiento” (semen simbolizado como leche materna) para hacer “crecer” a los más jóvenes para que alcancen el status de hombre. Con el semen no solo se “crece” y se convierte un muchacho joven en “hombre” sino que conlleva más significados, como hemos visto por ejemplo entre los sambia. El semen es vital para la creación del feto, es decir, el varón desde antes de nacer ya está consumiendo semen del padre, sino también para tener fuerza, para su virilidad y para poseer un pene grande y fuerte, algo primordial en estas sociedades. Además, como hemos visto, el semen transmite la herencia por línea paterna al hijo, es decir, a los espíritus, a sus antepasados, por ello tenemos que entender estas prácticas no desde nuestras perspectivas europeas, sino desde las creencias y costumbres de estos pueblos. No podemos conocer o aceptar unas prácticas o unos ritos sin haberlos contextualizados antes o sin conocer primeramente parte de sus creencias.

 David Granado Hermosín

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[1] Busse, Mark William. Sister Exchange ammonh the Wamek of the Middle Fly. Dissertation, University of California: San Diego, 1987.

[2] Según nos ha transmitido Michael R. Allen.

[3] Además Deacon pudo ver que el coito anal homosexual se realizaba de pie.

[4] Layard, que ha podido comprobar esto, afirma que esta operación es distinta a la realizada por los judíos y que, por tanto, habría que emplear un nuevo término. Para ello Layard crea el término de “circun-incisión” (en la que se hace solo un corte longitudinal) y el de “superincisión” (en la que se hacen dos cortes).

[5] Para un sambia hablar de sexo solo se puede hablar como duvuno (que significa empujar o penetrar) en la boca de un joven o en la vagina de una mujer, o como laakelu mulu (que significa lucha del pene) que no es más que liberarse de la erección del pene a través del “orificio de bambú” (metáfora que designa la boca del joven) o por la “cosa allí abajo” (vagina).

[6] Herdt, Gilbert H. Homosexualidad ritual en Melanesia. Madrid: Fundación Universidad-Empresa, D.L. 1992, pp. 241-242.

GALERÍA DE IMÁGENES DE LOS MELINESIOS











 


















LAS RELACIONES HOMOERÓTICAS RITUALES EN LOS PUEBLOS MELANESIOS



EL FETICHISMO