UN PUEBLO SUMIDO EN SU PROPIA AMNESIA CRÓNICA: "LA TELEBASURA"
El concepto telebasura en España
se acuñó con la venida de TELE-5 y su programación frívola y ausente del buen
gusto. Esta pretendida forma cultural, tacaña en calidad profesional, miserable
a la hora de tratar la condición humana, pobre en buscar la excelencia de la
estética, descuidada y sucia en regodearse en las desdichas de la gente y
ausente de calidad en general, no es producto de la desidia de sus
programadores y profesionales, no, es el resultado de una intención cutre sin
ánimo de mejorar la oferta. Se cometería
un crimen contra los espectadores si alguien mantuviera la tesis de que la
telebasura es lo que prefiere la gente.
Al margen de los seguidores, existe la ética profesional que exige el humanismo y el respeto a la dignidad de las personas. TELE-5 trajo la telebasura y lejos de marcharse tiene vocación de perpetuarse. Se ha constituido en la universidad de la marginación social, la mediocridad de la fama, albergue y refugio de los fracasados y frustrados, ausente de valores humanos homologables con Europa y el siglo XXI.
Convoca, concentra y anima la subcultura nauseabunda de lo feo y de pésimo gusto. Imparte auténticos máster y doctorados utilizando la casta de los famosos que suelen ser la escoria de la sociedad, que hasta llegar la televisión se refugiaban en la prensa del corazón. Brillan con luz propia Sálvame Deluxe y Gran Hermano. Que en la España del siglo XXI, se den estos programas preñados de realismo mediocre y ficticio, ausentes de humanismo y dignidad, es una inmoralidad absoluta. Aunque su aparente objetivo sean los contenidos lúdicos de diversión y distracción, su intención está lejos de pretenderlo y mucho menos de conseguirlo. Desfilan por estos platós personajes que cada cual interpreta su propia miseria, aunque su trabajo sea muy bien pagado, que nadie se engañe, lejos de ser profesionales del medio son farsantes e impostores del periodismo, de los tertulianos sabedores de los temas sociales de actualidad y de los presentadores que sean capaces de potenciar la intervención de los que son verdaderos artistas.
Al margen de los seguidores, existe la ética profesional que exige el humanismo y el respeto a la dignidad de las personas. TELE-5 trajo la telebasura y lejos de marcharse tiene vocación de perpetuarse. Se ha constituido en la universidad de la marginación social, la mediocridad de la fama, albergue y refugio de los fracasados y frustrados, ausente de valores humanos homologables con Europa y el siglo XXI.
Convoca, concentra y anima la subcultura nauseabunda de lo feo y de pésimo gusto. Imparte auténticos máster y doctorados utilizando la casta de los famosos que suelen ser la escoria de la sociedad, que hasta llegar la televisión se refugiaban en la prensa del corazón. Brillan con luz propia Sálvame Deluxe y Gran Hermano. Que en la España del siglo XXI, se den estos programas preñados de realismo mediocre y ficticio, ausentes de humanismo y dignidad, es una inmoralidad absoluta. Aunque su aparente objetivo sean los contenidos lúdicos de diversión y distracción, su intención está lejos de pretenderlo y mucho menos de conseguirlo. Desfilan por estos platós personajes que cada cual interpreta su propia miseria, aunque su trabajo sea muy bien pagado, que nadie se engañe, lejos de ser profesionales del medio son farsantes e impostores del periodismo, de los tertulianos sabedores de los temas sociales de actualidad y de los presentadores que sean capaces de potenciar la intervención de los que son verdaderos artistas.
En el otro extremo de la parrilla
de la programación de TELE-5 se encuentra PASA PALABRA. Un espacio de contenido
y objetivo culto. Nada más y nada menos que tiene como sujeto el lenguaje, las
palabras de nuestra riquísima Lengua Española o Lengua Castellana. Cada día la
Real Academia Española pone a disposición del concursante e invitados varias
combinaciones para agudizar los reflejos, la memoria y comprobar la riqueza de
nuestro propio vocabulario. Sin embargo, como si la cultura de TELE-5 no
tuviera incluido en su ADN el uso culto del idioma, es el presentador y
animador del concurso quien adultera todos los días, el uso y abuso de una
jerga impropia para el contenido del concurso. Aumentativos como: eurazos,
temazos, segundazos… O coloquiales como Tío,
peli… Un presentador que se presenta como un hombre del Renacimiento, pedagogo y escritor, no debería romper
esas mínimas reglas que hacen del uso de las palabras algo ameno y divertido
sin caer en lo vulgar y raquítico. Si el concursante o el invitado utilizan
otra jerga, él no debe de hacerlo. Este culto pedagogo y moralista, interrumpe
sus propios espacios para hacer publicidad en directo de productos de limpieza
y para conservar la memoria…
El concurso tiene una parte donde
intervienen los invitados, como apoyo de los concursantes. Este espacio TELE-5
se lo brinda a personas que vienen del espectáculo de su propio entorno para
hacer auténticas cuñas personales de propaganda y publicidad. El tejido
artístico que asiste como invitado no aporta gran cosa al nivel cultural y
lingüístico del concurso. Y las intervenciones publicitarias del animador de
PASA PALABRA, rompen la estética lingüística del nivel pretendido del concurso.
Así como las moralinas que abundan deseando albricias y éxitos en su actividad
más o menos artística. Sacándose de la manga para desear suerte a los actores y
actrices, en lugar de mucha mierda, mucho parking lleno. Estando en horario
infantil sería más fácil y culto explicar el significado de esta expresión, que
mantenerla oculta. No es mi intención que el presentador cambie el estilo que
le haya marcado la línea cultural del canal. Es fácil comprender por su
trayectoria que TELE-5 no da para más. Hay que considerar, aunque no justificar
que PASA PALABRA se celebra después del sancta sanctorum de la cutrez, SÁLVAME.
Otra variante de la telebasura es
cuando los bustos parlantes de los noticiarios, los presentadores y
colaboradores, inclusive de investigación, cambian su función por modelos
publicitarios. Hay periodistas que pertenecen a sagas de profesionales de la
información, que lo mismo transmiten una tragedia que en el plano siguiente nos
venden un seguro de automóvil. Su perversión pretende que los telespectadores
demos la misma credibilidad a una noticia veraz que a la propaganda de un
producto encubriendo la mentira de su bondad. En la actualidad la telebasura lo
invade todo. Pretende confundir el derecho a la información con la publicidad.
El pueblo aún distingue lo que es verdad de lo que es propaganda. La telebasura
se nutre de colaboradores y colaboradoras, que se regodean en la charca inmunda
de las miserias humanas, que ellos mismos
provocan y alimentan.
Los impostores del periodismo se
nutren de voceros del Régimen del 78, Boceras del Reino y musas de las Tres
Derechas. Moderadores servidores del guión que les marcan, tertulianos polea de
transmisión de los partidos bajo el eslogan de: Todos contra Podemos.
Y los protagonistas de la
telebasura constituyen una pléyade de farsantes del espectáculo más indigno,
inmoral e inhumano; constituyendo un auténtico crimen para la juventud.
Mientras la moral televisiva esté
en manos del autocontrol de las cadenas, es como si a cuidar del gallinero,
pusiéramos a la zorra… Poderoso caballero es Don Dinero… El resto hipocresía…
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