Por Pedro Taracena
Ambos grupos humanos han sido protagonistas de eventos y conflictos de índole civil y religiosa. Se han enfrentado y han defendido con tenacidad y apasionamiento, creencias y opiniones, sobre todo religiosas y también socio-políticas. Sin duda en la medida que los enfrentamientos y conflictos se han alejado del uso de la razón, nos vamos acercando al fanatismo y alejándonos del pensamiento y el conocimientos del humanismo más primitivo. En occidente estamos preocupados y a veces ciegamente entusiasmados por la cultura judeocristiana. Convencidos de que somos los poseedores de la verdad. Esta pasión por nuestra propia civilización milenaria nos ha hecho caer en la tentación de imponérsela a los demás. No todas las culturas han estado supeditadas al raciocinio humano sin estar inspiradas en deidades ajenas al ser humano.
En la cultura grecorromana el centro del universo era el hombre, y su gran patrimonio el pensamiento que le llevaba al conocimiento humano. Los dioses no se escapaban al raciocinio de los mortales. Los sabios escribieron las grandes líneas de gobernar la polis, es decir, las ciudades. Sin embargo, el pueblo judío el más ancestral de los creyentes monoteístas, así como el cristianismo al comienzo de nuestra era y los islámicos que surgieron en el siglo VII, para estos tres colectivos el centro del universo es la misma deidad, Yavé para los judíos, Dios para los cristianos y Alá para los islamistas. Sus respectivas clases sacerdotales se arrogan la infalibilidad de interpretar la verdad absoluta e imponen sus respectivas doctrinas a los fieles. Donde la razón está supeditada a la fe. Es verdad que estas tres grandes religiones han tratado de evolucionar y adaptarse a las épocas que les tocó vivir, pero no todas lo han conseguido. Hay países donde están viviendo las convulsiones que en otros, hace siglos que ya los conflictos se han encauzado a través de la vida laica de los ciudadanos al margen de los preceptos divinos.
En nuestros días estamos horrorizados y no nos faltan razones por los disparates perversos que los yihadistas están cometiendo al grito fatídico de que: ¡Alá es el más grande y Mahoma es su profeta! Supeditando la razón al fanatismo más cruel y criminal. Pero los occidentales debemos de conocer, también, los horrores cometidos por las guerras de religión, las Cruzadas para liberar los Santos lugares, la Inquisición y de forma más próxima en España, hemos tenido la Cruzada de Liberación Nacional y la imposición de una dictadura teocrática con un estado confesional.
Occidente lejos de procurar que a través de una política de vasos comunicantes, donde los pueblos más subdesarrollados pudieran evolucionar, les han explotado y han esquilmado sus materias primas. Ahora sólo saben intervenir contestando a sus crímenes con más crímenes. El fanatismo de cualquier naturaleza se combate con cultura, educación y formación profesional. Es muy difícil salvar las distancias, cuando occidente está situado en el siglo XXI y el mundo yihadista en el siglo XII, exactamente como cuando los cristianos emprendían las cruzadas. Occidente no está en disposición de tirar la primera piedra...
LAS CRUZADAS VISTAS POR LOS ÁRABES
AMIN MAALOUF , ALIANZA EDITORIAL, 2005
RESUMEN DEL LIBRO
Las cruzadas vistas por los árabes es uno de los libros más representativos de la obra de Amin Maalouf. Es una historia de las cruzadas, pero no como nos la han contado tradicionalmente en el Occidente cristiano, sino cómo las vieron, vivieron, padecieron y relataron en «el otro campo»; es decir, en el lado árabe, punto de vista olvidado en nuestra tradición histórica. Para elaborar este libro, Maalouf se ha basado en los testimonios de los historiadores y cronistas árabes de la época, dando forma a un texto ameno y accesible a todo tipo de lectores como suele ser habitual en su obra. Para los árabes, las cruzadas son las «guerras» o las «invasiones» de los rum y los frany, nombre con el que designan a los occidentales y, en el segundo caso, a los francos. De la mano de Maalouf, descubrimos la manera en que eran percibidos templarios y hospitalarios, las vicisitudes de Saladino, el desconocimiento cultural de la zona por parte de los cruzados hasta el punto de saquear lugares cristianos pensando que eran islámicos, o el pavor que generaban tanto la secta árabe de los «asesinos» como la manera de combatir de Ricardo Corazón de León. Las cruzadas vistas por los árabes cubre el período que va desde la caída de Jerusalén, en 1099, hasta la toma de Acre por el sultán Jalil, en 1291. Es la crónica de dos siglos en el que se conformó el Occidente cristiano, pero también el mundo árabe; un período convulso que, pese al paso del tiempo, aún sigue condicionando las relaciones entre ambos mundos.
Reportaje: Madinat al Zahra (Córdoba)
Fotos: Pedro Taracena Gil
INTERESANTE MANERA DE EXPLICAR UN FENOMENO COMO ES EL DE LAS GUERRAS RELIGIOSAS QUE PUEDE SERVIR PARA LA EDUCACION E IR DESBROZANDO UN CAMINO QUE LA CULTURA OCCIDENTAL TRATA DE MANERA DISCRIMINATORIA, PUES, LOS QUE NO ESTAN EN LINEA CONDUCTUAL CON ESTA, NO SON PUEBLOS CULTOS, SINO SALVAJES.
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