EL LENGUAJE Y LA SEDUCCIÓN
Por Pedro Taracena Gil
La
libido nos despierta el deseo sexual.
La
concupiscencia procura los placeres más deshonestos.
La
lujuria nunca encuentra excesivo el erotismo de la carne.
Si
alguien renuncia al roce de los cuerpos.
La
elección nos hace libres, pero no más meritoria.
La
fornicación es tan humana como el erotismo.
La
excitación nos transporta al amor de dos personas.
La
masturbación es un canto a la autocomplacencia.
El
lamerse y mamarse, una felación de donación mutua.
La
sodomía y la fornicación son caras de una misma sexualidad.
Eros
es el dios pagano creador de la energía sexual.
En
potencia disponemos de ella como seres humanos.
Somos
nosotros quienes la convertimos en actividad sexual.
La
energía y la materia no se crean ni se destruyen.
Solamente
se transforman en nuestros cuerpos.
Todo
es virtuoso en la actividad sexual.
El
vicio lo crea la prohibición y el pudor.
El
ser humano lascivo que tiene un exacerbado deseo sexual.
Acapara
para él y su pareja el placer y el gozo.
Ambos
encuentran en esta fusión el orgasmo y el éxtasis.
OTRAS
OPCIONES ERÓTICAS
Es mi
propósito abordar estos temas huyendo de conceptos fisiológicos, psicológicos o
sexuales, considerados como parafilias. Por supuesto al margen de cualquier
consideración moral y religiosa. Estas tendencias o prácticas se entienden que
se llevan a cabo entre iguales. Mayores de edad. Respetando la libertad, la
igualdad y la integridad física. Pudiendo ser protagonistas de estos hechos o
conductas, desde una persona en solitario hasta varias del mismo o distinto
sexo. Siempre en el ámbito privado y aceptando el sigilo para no causar daño en
la imagen personal y su derecho a la intimidad, al divulgar tales prácticas.
El
tratamiento que personalmente doy a este brevísimo ensayo, está tomado de mi
experiencia periodística y de fotógrafo, más aún como retratista.
Es verdad
que he comprobado que estos perfiles se dan con mucha nitidez y en pocas
ocasiones se contaminan o pierden su genuina personalidad. He podido
entrevistar a personas que confesaban con total libertad y expresividad, sus
experiencias irrenunciables y muy satisfactorias. Con las sesiones de
fotografía al margen del mundo de la publicidad y de la moda, es fácil
adentrarse con mayor intimismo en la personalidad y espontaneidad del modelo y
de la modelo. En una sesión fotográfica la modelo o el modelo son actores que
representan un personaje ajeno a ellos. Se visten con las ropas que les
proporciona el modisto o el publicita. Pero no sucede lo mismo cuando el
retrato es de una persona en particular, que desea presentar su perfil más
favorable. En este caso el personaje desea superar al actor. Y ambos a la
propia persona.
De entre
todas estas conductas hemos seleccionado las más conocidas y además trataremos
de simplificarlas. Obviando las más consideradas como vulgares y rechazadas
socialmente, porque no merecen la atención de esta pincelada de ensayo. El
autor de este ensayo no emitirá ni un solo comentario peyorativo de estos
comportamientos privados o semipúblicos.
Exhibicionismo:
Considero que el exhibicionismo debe de contemplarse dentro de unos parámetros
muy amplios. Salvo patologías invasivas en mayor o menor escala, todos y todas
somos exhibicionistas de nuestra imagen. Comenzando por el aseo personal y lo
que denominamos como ir arreglados. El primer acto de exhibicionismo lo
realizamos frete el espejo. Éste nos devuelve nuestra imagen desnudos,
vestidos, desaliñados y acicalados. Y nos avanza el grado de aceptación de
vamos a tener en la calle, en clase o en el trabajo. Y así nos lanzamos a la
conquista de la aceptación por parte de la gente en general y de nuestro
entorno familiar y social en particular. Aquí entra en juego el grado de
timidez en el contacto humano. Esta exhibición ha de ser compartida. Dos
ejemplos pueden marcarnos la pauta del exhibicionismo de índole sexual. En una
playa textil y en una playa nudista. En ambos casos compartir en igualdad nos
ayudará a vencer la timidez y el pudor. Desnudarse en una playa no acotada para
ello, es exhibicionismo que falta al respeto a los que se mantienen con el sexo
cubierto. Al contario permanecer vestido o con bañador en una playa de
nudistas, es un abuso que agrede a los naturistas que el desnudo para ellos es
un vivir conforme a la naturaleza, pero sin otras connotaciones eróticas. Estos
valores humanistas se viven con su máximo expresión natural en las colonias,
pueblos, campamentos o urbanizaciones naturistas. Desnudez y naturaleza es un binomio perfecto.
Es evidente que el pudor se mantiene en las parcelas reservadas a la intimidad.
Todas estas conductas rinden culto a Príapo, es decir el falo en su máxima
erección. Allí donde se encuentren hombres o mujeres convocados por el dios
Eros, un buen pene en erección, será el centro donde todas las miradas se
concentrarán provocadas por el deseo sexual. Habrá quien desee ser penetrado
hasta el fondo, no faltará el mirón que se masturbe buscando su eclosión
personal. Otros u otras se llevarán el miembro más próximo hasta acariciar sus
gargantas en lo más profundo. Y no faltarán polígonos eróticos: triángulos,
cuadrilátero, pentágonos y hasta polígonos de más ángulos. La libertad sexual
no conoce límites. El respeto impera sin complejos ni prejuicios.
Voyerismo: Venimos
de tratar el exhibicionismo y enlazamos con el voyerista, término que en
español se expresa con su faceta específica del “mirón”. Sentir placer y
excitación sexual mirando a los demás sobre todo si están desnudos o en una
actitud erótica. No obstante, vamos a considerar este comportamiento encajando exhibicionistas
y mirones. Para alcanzar más detalles
entrevistamos a personas, sobre todo: hombres heterosexuales, homosexuales y
bisexuales. Estos perfiles dentro del mundo del Cruising. En los lugares
de Cruising se da también la prostitución, pero cuyos roles apenas aportan
variedad a nuestro ensayo. Estos encuentros de varios hombres o también
grupales, se desarrollan al aire libre, en coches o en casas particulares
aportadas por el anfitrión. Es verdad que las Redes Sociales prestan sus
espacios para “tener sexo” en directo a través de la webcam. Se
establecen grupos de WhatsApp, de Messenger y de otros grupos alojados en
infinidad de aplicaciones para que este género se celebre con satisfacción
grupal. Descendiendo a las características de estos perfiles, una vez que se
celebran con presencia física, encontramos en la muestra a hombres de todas las
edades, casados, solteros con una fijación casi exclusiva puesta en los
genitales. Hombres que le gustan los ancianos. Ancianos que les encantan los
jóvenes. Hay quien les gusta el sexo con penetración. Las felaciones en pareja.
Otros no desean tocar a nadie y que nadie les toque a ellos, solo mirar,
excitarse y masturbase. Mientras la duración del encuentro se proyectan vídeos
sobre todo caseros, realizados por ellos mismos. Algunos su exhibicionismo le
lleva a grabarse masturbaciones muy prolongadas que concluyen como era de
esperar con el espasmo de la eyaculación. Los comportamientos pasivos, activos,
en pareja y en grupo, en nada se diferencian en cuanto a la lascivia y
concupiscencia. En este momento es preciso establecer en espacial que el
apetito desordenado de placeres deshonestos, está considerado por la religión
como negativos y en este ensayo son valores de un humanismo subjetivamente muy
positivo.
Narcisismo: Para mejor entender el aspecto positivo del narcisismo,
nos vamos a servir de RETRATAR A NARCISO
Para todo fotógrafo es un reto tomar imágenes de un
modelo de la forma más natural posible. La cámara supone un elemento de
agresión a la persona a fotografiar. Si el profesional de la imagen no dota de
armas de defensa al modelo, es difícil plasmar lo auténtico, genuino y
espontáneo de la persona retratada. Sobre todo, si el fotógrafo huye de las
poses repetidas, comerciales, tópicas y típicas. El modelo presenta ante el objetivo una serie
de prejuicios, temores, desconfianzas, rechazos y falta de autoestima. Casi
nadie se siente fotogénico y todos salimos mal en las fotos. Cada
modelo se ha ocupado a lo largo de su vida de matar al Narciso que cada
uno lleva dentro. No obstante, todo fotógrafo que se precie debe dominar el
complejo mundo del retrato, tanto la técnica como otras estrategias
humanísticas; Creando un mundo de libertad, confianza y complicidad; Fomentando
el reconocimiento mutuo con el modelo; Transmitiendo permanentemente toda
imagen que el profesional contempla a través del visor de su cámara; alejándose
del plató o estudio convencional; transformando las técnicas de Marketing en
herramientas humanísticas orientado más hacia el arte y menos hacia el
comercio. Mayor humanidad y menos puestas en escena vacías de contenido.
Cuerpos sin vida.
Esta introducción es un pretexto para contar mi
experiencia como fotógrafo en este campo. Cuando por primera vez me encontré
ante un modelo narcisista confeso y convicto, todos mis planteamientos para
abordar una sesión fotográfica, se tambalearon. Después de la primera
entrevista, acudí sin dudarlo a las fuentes de información que me proporcionaba
la mitología clásica. Al fin cuando abordé la sesión, tuve la certeza que tenía
la oportunidad de retratar al mismísimo mito griego. Estaba ante mí, dispuesto
a mostrarse tal cual vive todavía, como uno de las grandes realidades.
Comenzada la sesión, apenas tuve que diseñar pequeños retoques de luz y variar
algunos grados en las tomas del gran angular. Cada secuencia de aquel evento fueron
apuntes de una lección magistral. Donde el fotógrafo era el alumno del modelo.
Sin necesidad de la más mínima indicación, el Narciso se asomaba a
través de su propia mirada, la expresión de su boca y los primeros planos de su
rostro. Afirmando su presencia, acomodándose a la cámara que apenas tenía que
capturar aquellas improntas como imágenes acabadas con toda riqueza de
matices. Deseo irrenunciable e innegable del Narciso que moraba en el modelo.
Las posturas de músculos, brazos, piernas y busto, posaban ante el objetivo de
la cámara como ante un espejo. El Narciso se contempla ante sí mismo y así se
muestra ante los demás. Sin pudor, ausente de prejuicios, libre, enamorado de
sí mismo y rechazando los amores de los demás. El Narciso representa la
reafirmación del ego más puro. La autoestima y la libertad más absolutas. Sólo
rinde cuentas a él mismo. Fuera de él no hay belleza y tampoco admite que sea
otro quien reconozca su singularidad. Él es suficiente para reconocerse y
amarse. Es el perfecto auto retratista. El fotógrafo no tiene que esforzarse en
extraer el Narciso que todos llevamos dentro, éste surge en el primero de los
planos, se sitúa en la escena y ya jamás la abandonará. Treinta y seis
secuencias fueron demasiadas para retratar al personaje mítico, porque una de
ellas es suficiente para reconocer al Narciso con todo su esplendor.
El narcisismo ha sido tratado desde el punto de
vista social y psicológico, como se refleja en el preámbulo de este trabajo,
pero en el campo de la fotografía es un aspecto apasionante, quizás, poco explorado.
Como enamorado de la fotografía, más aún, como retratista, considero un hito en
mi carrera haber logrado fotografiar al mito de Narciso. El agua de aquella
fuente mítica, ha sido remplazada por mi cámara y allí, el mito sigue viviendo.
Este mismo trabajo se lo envié al modelo narcisista
y ésta fue su respuesta:
¿Te has inspirado en el Narciso que conoces o es simple
inspiración? Me ha parecido bien, sólo que el Narciso del que te hablo sería
incapaz de quitarse la vida, está demasiado enamorado de sí mismo.
Un fuerte abrazo.
Narciso.
El olor
corporal y los objetos: Hasta ahora hemos planteado las sensaciones y
emociones sensuales, es decir a través de los sentidos, montando un entramado
al servicio de la sexualidad. El ver mirar, el tacto acariciar, el
gustar besar y lamer, oír jadear y nos quedaba el oler.
Pues el olor corporal, el olor de la ropa y calzado, sobre todo
deportivo, son percibidos por algunos como sexual y erótico. Más aún se trata
de algo esencial y envolvente la fusión de los cuerpos y la vestimenta que ha
estado en contacto con ellos. Muy especialmente si las experiencias sexuales y
eróticas tienen lugar en el interior de un coche. Donde muchas de sus partes se
convierten en elementos fetichistas, desde la pedalera hasta el volante pasando
por las asientos traseros y delanteros.
Nudismo/Naturismo:
Nacimos
desnudos y poco a poco los demás, la familia, la sociedad, se ocupa de ir
poniéndonos la ropa... La ropa del pudor, el vestido de la vergüenza, el abrigo
de los prejuicios. Poco a poco nos ocultamos de nosotros mismos y del prójimo;
cobijándonos bajo la gran capa de la moral y las buenas costumbres. Nos
avergonzamos de nosotros mismos. Nos negamos. No nos reconocemos. No nos
aceptamos. Queremos ocultar aquello que el otro no quiere ver. Deseamos
contemplar aquello que nos gusta, pero la sociedad nos prohíbe. Sólo mostramos
aquello que aceptan los demás. Nuestra propia aceptación no cuenta. Es la
hipocresía la que ordena qué tenemos que mostrar y aquello que nos imponen
ocultar. Nos han educado para negarnos, para no dejarnos querer... Y en la
medida que tú te aceptes y te reconozcas, te dejarás amar.
Un niño de nueve años vive la espontaneidad y
el naturismo, sabiendo entroncarlo con su vida social y escolar. Al regreso de
sus vacaciones, disfrutadas en un lugar naturista de nuestro país, el profesor
le invitó como a todos los niños de su clase, a realizar un trabajo que
consistía en hacer un dibujo reflejando sus actividades y un texto narrando sus
experiencias. Cuando el niño volvió a casa de su primer día de clase, contó a
sus padres, con todo tipo de detalles su narración y sus ilustraciones. Pero
este niño hizo a sus padres una importante aclaración: A todos, os he pintado
un bañador. ¡No iba a poneos desnudos delante de la clase! Él estuvo a la
altura de las circunstancias en cada momento. Supo adaptarse y respetar el
contexto de su ambiente. Una semana más tarde, este niño, en compañía de su
clase, visitó la exposición de las excavaciones de Atapuerca. Allí había una
reproducción muy bien ambientada del "Homo antecessor", de un grupo
de homínidos totalmente desnudos. Este niño fue el único que no exclamó ¡Mira
tiene el pito al aire! O También, ¡Se le ve la cola! Sus vivencias naturistas y
nudistas le permitieron discernir y adaptarse. Aquí está su incipiente madurez,
basada en la espontaneidad y la naturalidad.
Otras de las perspectivas, desde las cuales
se puede estudiar el cuerpo humano, son el retrato y el autorretrato. Este
tema, aunque desde otro ángulo ya ha sido tratado más arriba. Poco a poco se
crea un espacio mágico entre el fotógrafo y el modelo, entre el objetivo
de la cámara y su mirada. El estudio fotográfico se convierte en un pequeño
campo de batalla, donde se libra la lucha entre la agresión del fotógrafo con
su cámara; entrando en la intimidad del modelo y el desafío que supone para él,
su respuesta; utilizando su mirada como única arma. Esa mirada mantenida, es el
reflejo de su autoestima, de su aceptación y seguridad en sí mismo. Cuando el
modelo va cediendo tensión en favor de su identificación con la cámara, irá
aceptando ser reconocido por el otro. En la medida que el modelo se
reconozca en las fotografías, se habrá aceptado así mismo. Si además somos
capaces de recorrer el camino del retrato al autorretrato, habremos conseguido
gozar del Narciso que todos llevamos dentro y compartir este gozo con los
demás. Nos habremos reconocido y nos habremos dejado reconocer, dando ocasión
para descubrirnos el yo; abandonando la máscara que nos oculta, que nos anula.
Todos nosotros deberíamos conseguir nuestro reportaje fotográfico, muestra de
nuestra aceptación y nuestro reconocimiento. Prueba de haber superado el
recorrido del retrato al autorretrato. Seríamos más amados y amaríamos más...
Siguiendo
con esta pauta hemos abordado la entrevista a dos hombres que ahora tienen 49 y
76 años, pero su peripecia comenzó sobre los 10 años del primero. Utilizamos la
palabra peripecia porque si bien no supuso un acontecimiento dramático
imprevisto, sí alteró sus sensaciones, emociones y sentimientos. A través de su
desarrollo.
Este niño
al rebasar la edad donde se abandona la fantasía y comienza el lenguaje lógico,
se fijó en su padre como hombre, más aún, como varón. Y aprovechaba la puerta
entreabierta de su habitación para mirarle cuando se desnudaba recreándose en
su cuerpo desnudo. La curiosidad fue creciendo al mismo ritmo que evolucionaba
su adolescencia: crecimiento del vello púbico y las primeras masturbaciones,
aunque prematuras para que llegara la eyaculación. Enseguida, según nos cuenta,
manteniendo el sigilo se acercaba habitualmente a la cama donde su padre se
echaba la siesta, para llegar a tocar los genitales de este hombre; siendo consciente
de que era su padre. Nos dice que llagó a tocarle y acariciarle el pene. Su
padre permanecía dormido, y como era de esperar el niño insistía y
lograba la erección del miembro viril de su padre. Si hacemos un balance del
crecimiento del hijo de los 10 hasta los 18 o 19 años: la niñez, la
adolescencia, la pubertad y hasta la juventud, estas etapas se desarrollaron
bajo un calculado sigilo y un pacto silencioso y secreto, donde el niño fue
asumiendo que aquello no era malo y que su padre no le recriminaría por ello, y
mucho menos le iba a delatar. El padre, jamás denunciaría a su hijo y mucho
menos exponerse a la presión familiar, social y religiosa. Se creó una
complicidad que fue adaptándose a los tiempos de crecimiento del hijo. Cuando
el joven aún no había cumplido los 20 años, su padre falleció. El hombre de
ahora mantiene que pudo constatar que su padre después de muerto tuvo una
erección. Esta afirmación no ha sido motivo de consideración porque por encima
de todo está el respeto para ambos, padre e hijo.
Han
pasado 20 años de la muerte del padre y el hijo con 49 años, cuenta que desde
entonces nadie conoce aquella relación paternofilial, que hoy la asume con
mucho cariño y respeto por la conducta amorosa de su padre. Pero ha sucedido
algo nuevo en su deseo sexual. Ha encontrado un hombre que tiene la misma
diferencia de edad que mantenía con su padre. Y abiertamente le ha contado el
relato y además le ha declarado que siente la misma atracción sexual con él que
sentía con su padre. Atónito este hombre de más de 70 años, lejos de huir del
relato ha deseado quedarse dentro, como un protagonista más. Lo más importante
de esta nueva situación es que el nuevo padre, sin complejos ni prejuicios, ha
descubierto el deseo sexual en el joven que podría ser su hijo.
Para
abundar en la situación presente hemos solicitado que el nuevo protagonista de
la historia, se prestara a ser entrevistado para completar el espectro de
sensaciones, emociones y sentimientos, que constituyen la nueva arquitectura de
la pareja.
“No ha
sido un flechazo súbito, nos relata este hombre de 76 años, ha sido una
reflexión donde asumiendo el papel del padre adulto y el crecimiento del niño:
infancia, adolescencia, pubertad y juventud, he establecido una doble empatía
que me ha llevado a sentirme libre para dar rienda suelta a mi deseo sexual. He
tomado esta decisión como si su padre natural no hubiera muerto…
Me siento
que soy el padre putativo, donde la sexualidad tiene una naturaleza
paternofilial. Dos hombres que se han enamorado y quieren vivir su sexualidad
asumiendo en positivo el pasado de cada cual. Los dos relatos se convierten en
una historia; rompiendo los paradigmas ancestrales”.
Esta
entrevista ha quedado así de abierta. El lector puede cerrarla como estime
oportuna. Nos sentimos incapaces de modificar una coma o valorar las emociones
que desgrana este relato.
Sin
embargo, estas personas mayores y menores, lejos de recordarlo como una
relación traumática, inmoral o deshonesta, lo recuerdan como un comportamiento
positivo, natural, satisfactorio y en absoluto albergan sentimiento alguno de
culpabilidad. Tienen la consciencia clara de que han descubierto y desarrollado
su sexualidad en libertad. Nos han llegado relatos de experiencias vividas
entre abuelos y nietos y entre padres e hijos, vividas en el seno del
franquismo y hasta nuestros días. Es verdad que estas experiencias han sido
entre hombres. Y en el entorno de las familias o en el mismo pueblo. Podemos
destacar que aquellos que lo han deseado han compartido sus experiencias, declarando
que sus matrimonios no se tambalearon y que los menores, una vez crecidos han
optado por otras opciones sexuales.
Ha habido
un caso que es preciso destacar, de un hombre que siendo niño tuvo una
experiencia sexual. Que sin dar más detalles la recuerda como de mucho placer y
de mucha satisfacción. Este evento se produjo en un confesionario en el proceso
de una confesión con un sacerdote. Teniendo en cuenta que la Primera Comunión
se celebraba alrededor de los 7 años, este niño debía de estar entre los 7 y 10
años.
En estos
casos sobre todo en el país del nacionalcatolicismo, es preciso valorar que
estos hombre y niños, crecieron con la conciencia de que estas opciones
sexuales, pecados según la Iglesia Católica, para ellos era una forma de
realización sexual en libertad. Sobre todo, en igualdad. Relación siempre
consentida y placentera. De otro modo no se hubieran hecho eco del contenido de
este ensayo.
A MODO DE APÉNDICE
VERSIÓN PDF: LAS OTRAS OPCIONES ERÓTICAS
Comentario:
Anónimo
“Muchas gracias Pedro, guardado así en PDF va muy bien. Ya te lo dije cuando me lo mandaste, Pedro y me reafirmo. Un artículo impecable, que habla del sexo de forma natural y sin complejos. Elegante y preciso del que puedes estar muy orgulloso incluso satisfecho porque tocas el tema sin llegar a la acidez y mal gusto que es lo que yo hubiera hecho”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario