Una historia de amor anónima
Han
transcurrido unos meses desde nuestra última sesión de Tantra, allá por la
primavera pasada. No obstante, mis vivencias sensuales y sexuales han
permanecido activas. Cuando se descubre la consciencia de que la sexualidad es
una energía que es preciso desarrollar como eje central de nuestras vidas, todo
fluye como cantos rodados. Nuestro cuerpo es una auténtica caja de música, que
además es capaz de registrar no solamente las notas musicales sino también las
emociones que nos proporcionan las sensaciones y melodías de nuestro cuerpo en
contacto con otro cuerpo. Suavidad, temperatura y vibraciones. Gozo y placer.
Mi vida transcurre seducido por
dos centros de atención:
La imperiosa necesidad de
expresarme, de comunicarme, de escribir para ser leído; amando a los demás de
mil maneras. Y el segundo centro de atención, la vivencia creciente de las
sensaciones y emociones de forma consciente, compartidas con la más honda esencia de mi Ser. Permaneciendo en comunión con los demás…
SITUADO EN EL LECHO DEL TATAMI
Templo de Debod
SITUADO EN EL LECHO DEL TATAMI
En esta sesión no hubo
necesidad de permanecer con el pañuelo
colocado en los ojos durante todo el tiempo. Fue suficiente que cerrara los
ojos y permanecer en esta oscuridad iluminada sólo por las sensaciones y las
emociones compartidas contigo, mi maestro. Con la respiración tántrica ansiaba
acompasar la tuya y sentir los contactos que tú me marcabas. En el ritmo de mi
respiración debo admitir que en no pocas ocasiones, invadido por las
sensaciones me olvidaba de seguir tu ritmo.
Después de los primeros ejercicios de aproximación mi cuerpo sentía y
apercibía el contacto con el tuyo. Acogía con agrado y sensualidad mi pierna
entre tus genitales e igual placer estaba sintiendo cuando los tuyos rozaban la mía. Me
fuiste quitando el fular y con sutiles toques percibía que estábamos
desnudos los dos. Me condujiste hasta el tatami y allí una vez tumbado
procediste a masajear transmitiendo energía en todas las partes de mi cuerpo. Era
consciente de que apenas sentía molestias por aquellas partes que tenían cierta rigidez o bloqueo. En
general notaba alivio y relajación. Percibí de manera sensible las diferentes
fases a la hora de tocar y acariciar mi cuerpo.
Cada sesión que mantengo
contigo avanzo más en el tratamiento que se debe de dar al centro neurálgico
del órgano genital masculino, al margen del otro sentido neurálgico propiamente
dicho. Consultando una bibliografía he conseguido acotar el vocabulario más
apropiado que explica en qué consiste el masaje lingam y cuál es su objetivo.
Con inmersión absoluta en la terminología tántrica.
El Ocaso
“El masaje lingam es, básicamente, un masaje que se realiza en la zona genital masculina, en la que se ubica el chakra sexual. Según el Tantra, este chakra simboliza la unión entre la mente, el espíritu y el cuerpo, por eso esta técnica es utilizada para explorar la plenitud.
Ya seas tú el masajista o el
que lo recibe, debes saber que el objetivo del masaje tántrico del órgano
sexual masculino o lingam es la relajación del hombre y su conexión con su
parte más sensible, lo que hace posible el intercambio de los papeles
tradicionales de ambos sexos.
La meta principal del masaje
lingam es la exploración de una nueva forma de placer, independiente del
orgasmo. No implica la existencia de una relación sexual entre el masajista y
el cliente, aunque claro, es un masaje tántrico que se practica cuerpo a cuerpo
con total desnudez”. Efectivamente es una huída consciente del binomio masturbación-eyaculación.
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El Pario de la Mezquita
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Según transcurría la sesión
llegó un momento en el cual nuestro cuerpo a cuerpo se hace más pleno y tú practicaste
unas habilidades físicas y eróticas que me hacían sentir placer a través de
sensaciones, temperatura, suavidad... Al mismo tiempo, me proporcionaste la
oportunidad de responder a tus estímulos masajeando suavemente con mis dedos tu
lingam, donde yo percibía conscientemente la satisfacción de tu excitación
progresiva. Estas caricias marcan una simetría en ambos lados de mi cuerpo. Llevaste
con delicada suavidad el placer a rincones muy sensibles, a través de las yemas
de tus dedos. Nuca, lóbulos e interior de las orejas, ambas partes del cuello y
masajeando el cuero cabelludo. Sin duda el óleo y la temperatura eran cómplices
del resultado de las caricias.
Una vez tendido decúbito prono,
te deslizabas sobre mi espalda surcando el lingam partiendo
desde el perineo hasta la espalda. Una vez a la altura de mis brazos me tomaste
las manos entrelazando tus dedos con los míos, inmovilizándolos y tirando de mis brazos hacia adelante, al
mismo tiempo que tu respiración animal susurraba en mis oídos, recibiendo
pequeños toques de tus labios. Mi excitación iba creciendo. Te colocaste detrás
de mi cabeza indicándome que te abrazara las nalgas, tú mientras deslizabas las
manos hacia el bajo vientre. Yo te acaricié en aquellas partes que estaban a mi
alcance, fue un momento de respuesta a tus masajes y caricias ya con intención.
En la postura decúbito supino, estimulaste
los anillos anales con suaves caricias y masajes donde las molestias se tornaban
en sensaciones placenteras. Sentí tus caricias más polarizadas en el lingam y
sus proximidades. Mi excitación iba creciendo cuando tu cuerpo y el mío se
fundieron en un abrazo ya con clara intención de que yo sintiera tu piel, tu
suavidad y la temperatura. Mis manos buscaban partes de tu cuerpo y tus
genitales. Deseaba conducir el lingam entre mis piernas y deslizarle sobre el
perineo acariciando tus ingles. Cuando tú me introdujiste el dedo, acariciando
mis anillos anales, al mismo tiempo que me excitaste el lingam, sentí un placer
que me hizo sujetarme con las dos manos al tapiz acolchado, y así hacer más fuerza para que
tus dedos penetraran más…
Me acariciaste los pezones.
Estas zonas han sido rehabilitadas en las últimas etapas de mi subida tántrica.
En principio acariciar mis pezones era como romper vidrios en su interior.
Después en mi auto estimulación, entrando en contacto con las yemas de los
dedos, yo soy capaz de sentir una variación de placer según con qué dedo
actúe. Con crema o con jabón de baño
siento una escala de cinco sensaciones de sensibilidad diferente.
Cuando tu cuerpo estaba sobre
el mío me cubriste con auténtica intención para provocar en mí la máxima
excitación: Anillos anales, estimulación del lingam, pellizcando mis pezones y
yo respondiendo para retenerte más contra mí, deseando que continuaras en tu
entrega. Llegué a sentir placer y dolor confundiéndose ambos, en una nueva
sensación que yo percibí como una plataforma próxima al orgasmo, pero breve… Escalofríos, hormigueo en manos,
piernas y brazos, entrando en un profundo sopor. En ese estado aunque
permanecía aún con los ojos cerrados, la oscuridad se tornó luminosidad…
Pasados algunos minutos, me incorporaste la cabeza con mucha delicadeza y mi
reacción fue fundirme contigo en una abrazo tántrico. Envueltos en un halo de
energía sexual muy potente. Momentos en que maestro y discípulo nos confundimos
en una misma emoción. En una misma energía.
Scorpios contra Scorpios
Anónimo
APORTACIONES EN MI ESTADO DE ÁNIMO
Scorpios contra Scorpios
Anónimo
APORTACIONES EN MI ESTADO DE ÁNIMO
Desde que estoy inmerso en el
universo tántrico he atraído al primer plano de mi consciencia el gozo de mi
propia salud. El amor a los seres humanos que me rodean. La felicidad que me
proporciona sentirme en armonía con mi propia sensualidad y sexualidad,
compartiendo mi parte femenina y masculina con los demás.
TANTRA Y EL DOLOR HUMANO (Reflexión)
Los Girasoles
TANTRA Y EL DOLOR HUMANO (Reflexión)
El erotismo hace sobrenatural
la genitalidad humana. Más aún, la
sexualidad es la mística de la sensualidad. La mística de los sentidos es la experiencia natural de lo divino. Es el
gran contraste cuando lo divino y lo humano se fusionan en una misma emoción,
una misma sensación, donde lo divino habita en la experiencia de los cinco sentidos, es decir, en la
sensualidad. Estos conceptos mantienen la expresión de la realización de la
sexualidad de la mujer y del hombre. En armonía ya sean pares o contrarios en la
búsqueda del placer, incluyendo la autocomplacencia como satisfacción
individual. El hombre en busca de la identificación con otro hombre, o bien la
mujer va al encuentro de otra mujer. El ayuntamiento de una mujer con un hombre
en busca de la felicidad, el placer y la satisfacción sexual mutua, nada tiene
que ver con la procreación que perpetúa la especie. Estos conceptos preñados de
vida son el resultado de un planteamiento renacentista, es decir, producto de
la razón. Al margen de complejos infundados y prejuicios ancestrales. Este
humanismo se vio ratificado por la Ilustración.
Autorretato
Un pene en erección no es el símbolo de la fertilidad del poder sexual exclusivamente, más bien es la expresión de una energía potencial plena de generosidad para compartir. En el encuentro sexual ambos pueden desear el poseer al otro, pero la resultante es que los dos amantes se encuentran en lo más hondo de su intimidad. Física y mentalmente.
Autorretato
Un pene en erección no es el símbolo de la fertilidad del poder sexual exclusivamente, más bien es la expresión de una energía potencial plena de generosidad para compartir. En el encuentro sexual ambos pueden desear el poseer al otro, pero la resultante es que los dos amantes se encuentran en lo más hondo de su intimidad. Física y mentalmente.
El principio científico de que:
La materia y la energía ni se crea ni se
destruye, sólo se transforma. Es válido para la energía sensual y sexual
del ser humano, que toma parte de la
energía universal. Esta energía tiene un poder transformador positivo. Es como
si la ecuación de la vida se viera afectada por un factor que transformara en
positivo todos sus factores negativos. La sexualidad es perversa y negativa
bajo el prisma de las religiones monoteístas, que han influido en la cultura
del mundo occidental. Pero la sexualidad ante los ojos del Renacimiento y el
uso de la razón, han dotado al Estado de un humanismo al servicio del hombre,
como si Dios no existiera.
Este largo preliminar me sirve
para ilustrar esta página de mi diario TANTRA.
Conscientemente dedicado a mi estado de ánimo frente al dolor humano,
ante la tragedia del fallecimiento de un ser próximo y querido. Ante todo por
incomprensible y frívolo que resulte, el proceso de la fase terminal del
finado, el óbito en sí, el duelo y las exequias fúnebres, pueden ser paliados y
enfocados a través de la energía sensual de signo positivo. Todos estos eventos
están muy mal enfocados desde el punto de vista religioso. Aunque el dolor
humano es inevitable, el proceso de recomponer el mundo de las emociones
terriblemente afectado, está carente de recursos humanos; encomendando todo a
la esperanza en el reencuentro con el ser amado en la otra vida… La
resurrección de los muertos y la vida perdurable. Resolver este dilema de
índole personal no es fácil; habiendo entrado en conflicto, una vez más, la fe
y la razón.
A través de mi iniciación en
TANTRA, tengo la certeza de que este es el camino que me permite avanzar y
adentrarme en la consciencia de las emociones; viviendo el aquí y ahora. Pero también me asiste la serenidad para discernir
aquello que no lo es. Y de esta manera, que me ha permitido abordar el dolor
humano, lejos de ser una frivolidad, ha sido una forma racional de entender mis
propias emociones.
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