LA CULTURA MACHISTA ELEVADA A LA POTENCIA DEL FANATISMO RELIGIOSO
SOBRE EL BURKA
Durante el verano de 1970 tuve
la fortuna de participar en el RAID PARIS KABOUL PARIS.
Un recorrido atravesando ocho países a bordo de vehículos Citroën equipados con motor 602 cc. Un número aproximado de 1350 jóvenes de ambos sexos, nos embarcamos en esta aventura conduciendo más de 700 coches de la gama perteneciente al mítico 2 CV. A nuestra llegada a Kaboul, capital de Afganistán, vimos por primera vez un burka. Un burka andante porque sólo la intuición nos decía que bajo aquel ropaje se ocultaba una mujer.
Es triste
pensar que el crimen del burka se prolongara hasta nuestros días. Este disfraz
es el adefesio que encubre la tiranía machista y fanática del mundo islámico,
con la complicidad necesaria del mal llamado mundo civilizado.
En 1970, había una monarquía de
corte islámico y medieval. A los pocos años en 1973, un golpe de estado derroca
al monarca e implanta una república. A juzgar de cómo vimos la evolución de la
juventud, sospechábamos que el burka podría tener los días contados. En 1975 las
tropas soviéticas invaden Afganistán manteniendo la falacia de que les habían
pedido ayuda… Embuste mayor es imposible de imaginar. Las presiones internacionales
propiciaron la retirada de las tropas soviéticas. Este abandono trajo el
régimen de los talibanes. La Historia
ha fijado que estos clérigos fanáticos iban contra las mujeres. El problema
parecía que la solución la tenían los EEUU de América, interviniendo como siempre con aportaciones bélicas.
Desde entonces la lucha contra
el burka, que simboliza los crímenes cometidos sobre todo contra las mujeres,
no había hecho nada más que empezar. En 1979 el régimen de los ayatolas derroca
al emperador de Persia, actual Irán y se desencadena un conflicto con EEUU, que
agravaba el mapa donde los palestinos y los israelíes, Jordania y Líbano
completan un campo de batalla no siempre bélica, y en pocas ocasiones con
diplomacia real y eficaz. En esa región
es donde están implantadas las tres religiones monoteístas, y demuestran al
mundo que de existir Alá, Yahvé o Jehová, serían tres religiones falsas en pos
de un Dios verdadero. Pero Occidente al margen de las discusiones teológicas,
sigue en su empeño de sacar provecho como explotador con nuevo rostro.
Para completar el puzle del
extremo oriente, Irak invade Kuwait y más tarde Bush, Blair y Aznar declaran la
guerra a Irak. En este caso allí apena había burkas pero la lucha contra el
adefesio era por inercia. El eje del mal agravó la situación
surgieron más fanatismos y más radicales. Para completar el último acto de la
gran tragedia de lucha contra el burka, estalló la primavera árabe. Occidente, la cuna de la civilización mundial,
es por principio la potencia que explotó a todos estos países, y ahora administra
las consecuencias de las guerras provocadas por los estados libres y democráticos,
diseñando una política legal pero criminal y sin legitimidad alguna, para criminalizar
más si cabe el grave problema de los refugiados. El crimen del burka sigue y el
crimen legal organizado de la Unidad Europea para ayudar a los que huyen de las guerras, también.
EL ÁLBUM DE LA VERGÜENZA 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario