Después de la pausa mantenida entre la etapa XIII y la XIV, donde hice una reflexión global a modo de balance, abordé esta sesión cargado de expectativas y deseos sensuales, donde a través de tu delicado tacto, sentí tu presencia, tu calor y tu suavidad.
Abordar con palabras con cierta “corrección” que expresen las sensaciones vividas plenamente, es una ardua y “reprimida” tarea. Sensaciones, emociones y sentimientos, que provocaste en mi cuerpo cuando entraste en contacto con mi piel, sin eludir zonas aplicando toques, masajes y caricias.
Manifesté mi deseo sexual sin freno y control. Provocaste tal voluptuosidad que me olvidé de todo y me concentré en dejarme “poseer” por la lujuria que tú deseaban compartir conmigo. Reclamaste la presencia de Eros cargado de energía sensual y erótica. Y Eros se hizo presente.
Me preparaste para que me diera licencia y de esta forma ser cómplice de tu seducción. Muy conscientemente acaricié tus órganos genitales: Pene, testículos y ano. Lejos de sentir pudor estaba realizando todo “eso” que deseaba compartir contigo.
El momento en el cual yo me recreaba con tu erótico, sexual y apetecible miembro viril, recorrieron mi cuerpo sensaciones de máximo placer. Tu pene en erección me excitaba más y más. Porque yo me sentía cómplice de su dureza. Acariciar con las yemas de mis dedos todas las partes de tu polla, es inenarrable: la tensión y suavidad de los pliegues de tu capullo.
Aún recuerdo que encontré placer el acariciarte el culo, las piernas, las ingles, los testículos, la entrada de tu ano y tu bajo vientre. Por supuesto que me gustó sentir cómo entrelazabas tus manos y tus dedos con los míos, en un juego cargado de toques sensibles y muy cariñosos. En todo momento, al menos ese fue mi deseo, traté de abandonarme y entregarme a tu voluntad.
Cuando decidiste seducirme con fuertes abrazos, que me bloquearon y me obligabas a permanecer sometido e inmóvil, todo esto, me excitaba y percibía el interés que tenías en provocarme momentos inolvidables. Ya sin pudor alguno por mi parte, vivimos la faceta más espontanea, natural, bestial y salvaje… Te comía, te lamia, te mordía y te besaba allí donde tus brazos me lo permitían… Me hubiera gustado disponer de cuatro manos…
Tengo que confesarte que me satisfizo tu respuesta cuando yo te pregunté por el motivo del collar con piedras azules, que pendía de tu cuello. Una de ellas de gran tamaño. Hace un año, dos, tres o cuatro, tu argumento cargado de lógica, quizás no lo hubiera comprendido. Ahora un mínimo ejercicio de empatía, generosidad y cariño, me han aportado una explicación que agiganta tu profesionalidad. Gracias maestro.
Sin duda la XIV subida al Monte Tántrico ha sido un hito en mis realizaciones y descubrimientos. Si tuviera que resumir en una frase esta vivencia, sería: un proceso con alta temperatura y con mucha actividad sensual, sexual y erótica.” También me has ensañado que la percepción de dos personas que conviven un mismo acaecer no tiene por qué ser siempre la misma.
Antes de abandonar la sesión asumí contigo dos compromisos que deseo obtener resultado positivo:
Ya dispongo de vídeos y pdf de KEBEL. Realizaré los ejercicios preconizados.
Referente a los bajos fondos anales, también estoy volviendo sobre mis pasos para investigar el origen de ese aparente bloqueo.
Felices vacaciones, maestro, amigo y compañero de viaje…
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