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MI SUBIDA AL MONTE TÁNTRICO XII




Creo que esta etapa no se celebró como un evento más, sin duda ha sido un hito en el ascenso a la cumbre tántrica. Desde el primer capítulo, tú lo sabes, he tratado y a veces conseguido, huir de los conceptos y poner nombre a las emociones, las sensaciones y los sentimientos… Hubo un momento que no supe lo que me pasaba, y tampoco creas que ahora voy a ser capaz de transcribirlo, expresando mi percepción claramente…

Haciendo un esfuerzo para navegar en la memoria de mis sentidos, es decir, la sensualidad compartida contigo muy consciente, gustosa y placentera. La sexualidad erotizante creciente por momentos, y la auténtica adoración que sentí por tu príapo en erección. Todo ello me hizo sentir una explosión, más aún, una implosión. Que me hizo exhalar más que un grito, un auténtico berrido. Una expansión de energía súbita preñada de emociones.

Quizás no encuentre las palabras adecuadas, porque las sensaciones fueron nuevas, pero es como si tú hubieras conseguido romper mi virginidad… Yo no siento pudor en confesarlo y mucho menos reparo alguno. Las explicaciones que me diste me hicieron comprender que, partes de mi cuerpo han padecido durante un tiempo, quizás demasiado, un estado de letargo. Y ponerlas en funcionamiento tiene que ser como poco, molesto.




Ahora comprendo la confusión que he tenido a la hora de discernir toda la extensa gama de percepciones. Desde el dolor y la molestia, hasta llegar al placer próximo al orgasmo. Sin embargo, la ausencia de pudor, la consciencia de la presencia en el “aquí y ahora”, pasando por la respiración animal, aunque no siempre regular, me ha permitido sentir nuevos placeres: en los pies, en las piernas, en los brazos, en las axilas, en el vientre y pecho. Sin olvidar las variadas sensaciones en los pezones. En la cabeza, cuello y oídos. A partir de nuestra última sesión, el ano y su cavidad interior, están ocupando un lugar y atención preferentes…

Nuestra comunicación ha sido cada vez más fluida, más próxima, sensual y sin pudor. El binomio estímulo-respuesta ha funcionado, y yo he deseado en todo momento ser obediente al maestro. Ahora estoy más pendiente de tus provocaciones que de tus indicaciones. Cada sesión comparto más parcelas de placer contigo: la temperatura, la percepción de tu proximidad, la suavidad, los jadeos sobre mi rostro y cuello. Sobre todo, tus muestras de pasión, avivan mi deseo sexual y erótico. Gozo más y me concentro mejor disfrutando en cada instante, sin pensar en los momentos pasados ni en la apoteosis final.




En el resumen de nuestra XII etapa, he tratado de conceptualizar lo menos posible, y dejar que la espontaneidad convencional paulatinamente, sea remplazada por el idioma coloquial. Tu intención hecha provocación, ha obtenido mayor entregada y respuesta por mi parte. Se me eriza el vello intuyendo tu presencia; consumando el contacto cuando nos abrazamos; sintiendo tu polla entre mis piernas y la mía entre las tuyas. A pesar del pareo yo fui consciente de que me ponías cachondo.

Ya en el tatami, mis pies entre tus genitales me provocaban mucho placer, suavidad y temperatura. Mi cabeza en contacto con tus genitales, sin duda es nuevo y muy gozoso. Los juegos que me permites hacer con el pene y los testículos, me erotizan, como si se tratara de mis genitales… De verdad.

Te confieso que en la medida que me vas calentando voy perdiendo mi pudor residual, hasta el punto de desear comerte, morderte, chuparte, acariciarte, viviendo un momento entre iguales.  Cuerpo a cuerpo, piel con piel, sintiendo cómo se desliza tu cuerpo en todos los rincones del mío Te agradezco que hayas establecido muy bien el mapa de mis sensibilidades y bloqueos. Has conseguido provocar en mí el deseo, rendirme con mi entrega ante tu seducción y aceptar tu posesión… Es bestial ese momento cuando mi pensamiento deja de trabajar y se llena de ese presente embravecido y embriagador.



Robert Mapplethorpe

Si con todo ello no se alcanza la consumación sensual, sexual y amorosa, debemos estar muy cerca…


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