ELOGIO DE LA ESTUPIDEZ Versión realizada por la Escuela de Filosofía de la UNIVERSIDAD DE ARTE Y CIENCIAS SOCIALES de Santiago de Chile
Libro publicado en el año 1511. Ejercicio retórico de Desiderio Erasmo de Rotterdam
Después de leer ELOGIO DE LA ESTUPIDEZ con cuatrocientos años de retraso, Erasmo de Rotterdam me ha permitido el uso de la razón para recordar el pensamiento renacentista que sitúa al hombre en el centro del universo.
A veces el título de este libro se ha denominado como de la LOCURA, en lugar de la ESTUPIDEZ. Cuando el lector en castellano bebe su contenido hasta el último sorbo de su frase postrera, es preciso acudir a la Real Academia Española para ratificar que el sentido exacto de este calificativo, estúpido, es más apropiado que el de loco. Según el objetivo pretendido por el autor a lo largo de su libro. A la pérdida de la razón de una persona no se le puede atribuir la conducta observada de un estúpido, sería una falta de respeto hacia un disminuido psíquico.
Erasmo de Rotterdam utiliza el personaje de la Estupidez como figura literaria en primera persona. Ésta le permite establecer una puesta en escena; ejerciendo una crítica razonada de su tiempo sin prejuicios religiosos y morales. En general sienta las bases para descalificar a los osados que ostentan la sabiduría, como don exclusivo y excluyente para ejercer el poder. Siempre despótico y tiránico. Utiliza un idioma que trasluce tres planos de implicación: el satírico, el irónico no exento de gracejo, y absolutamente racional. Su pensamiento renacentista le acompaña en todo el texto: impregnando de alusiones a su vasta cultura clásica. Siendo clérigo, el humanismo que aportó a la reforma protestante bajo el prisma del renacimiento, descubrió otras formas de contemplar la libertad del hombre; separando la fe de la razón.
Arremetió sin piedad, contra la estupidez de los teólogos, frailes, obispos y pontífices; utilizando las Sagradas Escrituras para desenmascarar a todo impostor que arrogándose la infalibilidad, han hecho una interpretación cicatera e irracional de dogmas, predicaciones y ritos religiosos. Sus críticas despojan a la religión de sus bagajes irracionales del Medievo. Ironiza con el desprecio que los devotos hacen de la consideración platónica del cuerpo y lo espiritual.
ELOGIO DE LA ESTUPIDEZ es un libro escrito hace cuatrocientos años en los albores de la nueva Europa, donde la Reforma y el Renacimiento hacían surgir un nuevo mundo en base a valores republicanos. Reconvirtiendo poderes absolutos en monarquías donde el pueblo estaba presente. Grandes pensadores como Erasmo de Rotterdam y Tomás Moro se enfrentaron a la Iglesia y la Inquisición. El texto leído en el siglo XXI por un español, no solamente parece, sino que realmente el tiempo no ha pasado por nuestro país. Cuando Europa ponía las bases de la secularización de los estados, el emperador Carlos V abdicaba de su lucha contra Lutero a favor de los príncipes alemanes, y mientras en España, fomentaba la Contrarreforma y apoyaba al papado en el Concilio de Trento.
Erasmo de Rotterdam retrata con detalle la España actual. Rancia, católica y apegada al nacionalcatolicismo. La España de la alianza trono-altar y el maridaje Iglesia-Estado. La España de los juramentos ante la Biblia y el crucifijo. La España de las aulas al servicio de la religión, no de la ciencia. La España antiabortista, anti divorcio exprés, anti asignatura de la Educación para la Ciudadanía. La España de la Sagrada Familia modelo exclusivo y excluyente. La España de las mujeres al servicio de los hombres. La España de la Constitución fosilizada. La España de las misas medievales en la plaza de Colón de Madrid. La España contra los avances científicos en materia de curar enfermos y paliar el dolor de quien no desea padecerlo. La España en contra de la libertad sexual y el matrimonio entre personas, sin más. La España de los políticos de sacristía y los obispos de púlpito y mitin. La España de la monarquía y el papado en el aeródromo, abrasados por el fervor de la hipocresía. La lectura de este libro escrito hace casi medio milenio, está escrito para nosotros, ya no tiene sentido para sus conciudadanos. Ante la Europa del Norte, laica y progresista, aún quedamos en el Sur, una reminiscencia nada despreciable del nacionalcatolicismo franquista.