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jueves, 27 de julio de 2017

"LA SEXUALIDAD PARTE INTEGRADA DE QUIENES SOMOS"




Por ALEJANDO MADRID-ESPAÑA

La desnudez y la sexualidad son las situaciones humanas más contaminadas culturalmente y más reglamentadas, con todo tipo de normas, lo que da lugar a los tabúes, mitos y falacias que rigen en cada civilización y cultura, a las que diversas religiones han contribuido enormemente. “La desnudez y la sexualidad es algo sucio, guarro, asqueroso, pecaminoso, nauseabundo y vergonzoso”.




Estas son palabras que han estado en boca de los representantes de las iglesias basándose en argumentos como que en la Biblia estos actos siempre se han condenado; sin embargo parecen olvidar que un texto fuera de contexto es un simple pretexto, o sea, la mera semántica (al margen de la hermenéutica) no soluciona los problemas exegéticos, ahora bien sería bueno recordar que en el libro sagrado también se condenan la hipocresía, el rechazo de los hermanos (a pesar de ser apestados, prostitutas, recaudadores de impuestos,…). ¿Estarán incluidos también los homosexuales, los que practican sexo de forma extramatrimonial, los que utilizan métodos anticonceptivos o practican sexo por placer?
Las iglesias y grupos de carácter fundamentalista (católicos y evangélicos) han propiciado el neointegrismo utilizando principios de moral sexual que condenan la vida sexual o erótica con censuras como el uso de preservativos, la homosexualidad o la incontinencia en el matrimonio, la abstinencia antes del matrimonio, el sexo por placer… en definitiva intentar dominar, controlar, orientar los impulsos de carácter sexual.

La suerte de muchos de nosotros es la de contar con una fe adulta y el suficiente discernimiento para analizar, valorar, cuestionar y decidir si eso que se nos intenta imponer desde una visión integrista de la religión es lo correcto o no según nuestra conciencia. En el caso de los que no analizan de forma constructiva estas imposiciones, como muchas otras -políticas, sociales, familiares-, puede que corran el riesgo de vivir una vida ajena en continua represión y vivir culpándose o culpando a los demás por hacer algo natural e innato en todo ser humano y para lo que Dios nos creo: dar y recibir amor de forma responsable en todas sus vertientes, pues no debemos olvidar que nuestra sexualidad no es solo un impulso corporal, sino una parte integrada de quienes somos.




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El Ángel Caído de Ricardo. Ricardo Bellver (1845-1924)

Foto: Pedro Taracena Gil

BLOG ENSAYO SOBRE LA LIBERTAD SEXUAL


Editor: Pedro Taracena Gil





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