QUE CAIGAN LAS MÁSCARAS DE UNA
VEZ POR TODAS
Por Pedro Taracena Gil
La parte del pueblo español que
vota Partido Popular, vota conscientemente corrupción. Los mandos populares y
sus votantes están dotados de una doble perversión: Constituyen una formación política
genuinamente franquista, aunque bajo el manto constitucional. Y son una
organización criminal sembrada de corrupción con rango nacional. Los españoles
votantes del PP son cómplices de la corrupción y no merecen ningún respeto por
parte del resto de los conciudadanos.
Sí, es verdad que el PSOE y
también Pujol y sus secuaces, no pueden tirar la primera piedra contra la
corrupción. Aunque en menor medida, también hemos sido muchos los que hemos
sido engañados y mirábamos hacia otro lado, con la nariz tapada a la hora de
votar la que era nuestra mejor opción.
La situación actual de bloqueo
para la formación de Gobierno, tendría una solución si en vez de tirarnos la
primera piedra, los unos a los otros, y rasgarnos las vestiduras, arrancáramos
la máscara de la hipocresía; llevando a la oposición como purga por sus
crímenes legales y sus corrupciones, a Rajoy y sus secuaces. El Gobierno del PP
no se merece ni un solo voto decente y honrado del Congreso de los Diputados.
Han causado mucho dolor por ponerse al servicio de la Troika.
Si deseamos devolver la
dignidad al pueblo español hay que eliminar las leyes del PP, de estos cuatro
años perversos. No importa el formato que se utilice pero el Gobierno tiene que
obtener la investidura con el mismo apoyo que vayan a tener sus leyes en el
Parlamento. Es decir, todos los votos de la Cámara que no vengan del PP.
Los temas inherentes al
testamento franquista no pueden servir de bloqueo para evitar que funcione la
realidad de la España del siglo XXI:
LA ESPAÑA UNA GRANDE Y LIBRE
EL SECUESTRO DE LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA
España no es una única nación.
El Estado español es una nación de naciones.
La unidad indisoluble de España
es otra imposición franquista. Esta
unidad se impuso por la fuerza con mucha sangre derramada.
El derecho a decidir es de
sentido común y la estructura política de España debe de encaminarse hacia un
Estado Federal.