Tocar tu espalda y acariciarla suavemente.
Arriba, abajo, a ambos lados.
Abrazarte y buscar los pezones, girarte.
Y mirando tus ojos, besar los labios en una entrega salvaje.
Mientras noto tu palpitar y el latido de tu vientre.
Y el despertar de tu sexo sobre el mío.
Atraer tu cabeza para que el labio roce.
Y viva dentro de tu boca.
Acoplándose.
Y la lengua hurgue en tu cavidad, descubriendo el fondo.
Notando el calor que desprende la oquedad.
Y respirar al unísono, mientras aprieto tu cuerpo contra mí.
Y lentamente tumbarte, sin dejar de besarte.
Y recorrer con saliva todo tu cuerpo, entrando en cavidades,
salivando todo aquello que es penetrable.
Y así,
Lentamente,
Enhebrar y entrar hasta el fondo en tus huecos.
Y gozarte mientras notas.
La porción humana que nos une.
Y esperas que suavemente te encharque.
Para dejar dentro de ti, lo más íntimo,
Mientras muerdo tus lóbulos y tu nuca, marcando territorio,
Narración: Pedro Taracena Gil
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