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sábado, 19 de noviembre de 2016

CÓMO Y CUÁNDO TOCAR A UNA MUJER


Por Pedro Taracena Gil

Periodista


He visto con mucha atención el vídeo de Álvaro Reyes, CÓMO Y CUÁNDO TOCAR A UNA MUJER, que sin duda es una obra maestra de un preparador personal. Ha creado un texto muy pedagógico conducido con una visión didáctica muy práctica y accesible. Huye del machismo con el cual ilustra su portada, un tío que desde la prepotencia del que va  conduciendo su vehículo, le agarra el culo a una tía que lleva unos pantalones vaqueros muy sexi.
Sin duda es una lección magistral. Un alarde de saber planificar una secuencia práctica, para gestionar las emociones que se producen entre una mujer y un hombre. Técnicas de aproximación, intimación y seducción. Para saber abordar y moverse en un clima agradable, huyendo de parecer patoso, descortés, acosador o simplemente mal educado. Tratando en todo momento de salvar los complejos que pudieran existir y los prejuicios de se deben de intuir y saber disipar. En resumen un seductor del siglo XXI. Simpático, atractivo, sensual, sexual y hasta elegantemente erótico.
Álvaro Reyes hace extensible, en un alarde de naturalidad, aplicar estas técnicas para relacionarse, entre hombres y mujeres y entre personas en general. Bien es verdad que cuando habla de este tipo de relaciones, siempre se dirige al hombre como el sujeto que toma la iniciativa, hacia una mujer u hacia otro hombre. Entre jóvenes que desean encontrar la amistad en todos sus grados de intensidad. Siempre en base al contacto físico.
Como hombre me he puesto en el lugar de Álvaro y también a través de la empatía, en lugar de otro hombre y de una mujer. El experimento me ha funcionado. La mujer acepta con agrado este tipo de ligón. Respetuoso, tierno, cariñoso y dulcemente tocón. Y otro hombre también admite los besos amicales en la mejilla, el apretado del abrazo consciente y la conducción tomando por el brazo a un amigo al pasear juntos. Sin duda los hombres en la actualidad hemos roto el rígido protocolo impuesto, de que los hombres debían de mantener una cierta  distancia, donde no cupieran emociones naturales. Si el peluquero te da un masaje con maestría en el cuero cabelludo, mientras te lava la cabeza, lo normal es que sientas una voluptuosidad natural.
Pero la misma empatía que he utilizado para entender el rol de hombre, con otro hombre y con una mujer, he observado y analizado que Álvaro Reyes otorga al hombre la exclusividad de la iniciativa. Quizás no haya investigado cuál es la actitud y aptitud de la mujer del siglo XXI en este tema. Es decir, el hombre en el eterno papel de activo y la mujer en el pasivo. Sus consejos sólo evitarían el acoso y los malos modales, pero no establece una cualidad primordial que es la Igualdad de género. ¿O es que pensamos que a las mujeres les está vetado expresar sus sentimientos, sensaciones y emociones a los hombres?
La modelo que pacientemente le acompaña en el vídeo, presenta una imagen que nada tiene que ver con una joven del siglo XXI. Que quizás sea víctima de acoso a través de las redes sociales o quizás través de su propio móvil. Es difícil comprender que el acosador del móvil, escuche la lección magistral del perfecto galán seductor, que con toda su buena voluntad y maestría didáctica ha pretendido el autor del vídeo.







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