Por Umberto Eco
"Empiezan a revolotear a tu
alrededor nada más nacer, cuando te bautizan, te los vuelves a
encontrar en el colegio, si tus padres han sido tan beatos para encomendarte a
ellos; luego viene la primera comunión, y la catequesis, y la
confirmación; y ahí está el cura el día de tu boda para
decirte lo que tienes que hacer en la alcoba, y el día siguiente en
confesión para preguntarte cuantas veces lo has hecho y poder excitarse detrás de la celosía. Te hablan con
horror del sexo, pero los ves salir todos los días de un lecho
incestuoso sin ni siquiera haberse lavado las manos para ir a comerse y beberse
a su señor, y luego cagarlo y mearlo. Repiten que su reino no es de este
mundo, y ponen las manos encima de todo lo que puedan mangonear. La civilización nunca alcanzará la perfección mientras la última piedra de
la última iglesia no caiga sobre el último cura y la tierra quede libre
de esa gentuza".
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