Vistas de página en total

jueves, 9 de agosto de 2018

APOSTASÍA





EL RENACIMIENTO


Vídeo:

UN DRAGÓN EN MI GARAJE  Un reflexión sobre la fe y la razón




"Olé olé olá, aborto libre y legal ya
y que los curas se vayan a laburar
plata para educación sexual
y que los curas se vayan a laburar"

Un grupo de chicas canta mientras hace una fila que no es para comprar hamburguesas ni pañuelos verdes. La hilera de hombres y mujeres es larga y tiene un motivo menos estético que filosófico. Se trata de personas, especialmente jóvenes, que esperan su turno para llenar el formulario que inicia la apostasía, es decir, la desafiliación a la Iglesia católica.




Cientos, quizá miles, sellaron este miércoles su renuncia a la Fe. La convocatoria nació en las redes sociales y se materializó sobre una mesa modesta ubicada en Avenida de Mayo casi en la esquina de Salta, decorada con carteles que invitaban a abandonar la religión católica y algunos "memes" convertidos en stickers, como el de San Cayetano, el patrono del trabajo, con un pañuelo verde atado al cuello.

"Mi familia es re religiosa, mi papá es pastor apostólico y siempre pensé lo mismo, desde que era chica: que yo no tenía nada que ver con todo eso", cuenta Camila Belén Scalisi. La chica de 21 años llegó junto a su amiga Juana Mujica, quien explica que se enteraron por Facebook y fueron directamente a buscar el stand en la avenida.




Casi todos los firmaron durante la marcha por la legalización del aborto (el lado verde) traían la idea desde antes de que comenzara el debate en Diputados, pero los argumentos expuestos por el lado celeste y el aporte que hizo la Iglesia para motorizar la oposición al aborto legal les detonó la acción.

"La religión es un chamuyo. Una forma de dominar y manipular. ¿Qué es la Fe? Me enoja la injerencia de la Iglesia católica en el aborto. Tienen abusos y no lo dicen. Son impunes, y están respaldados por el Estado", comentó Camila, que recuerda cuando a los ocho años le preguntó a su papá pastor por qué las mujeres no podían ser ella también y la respuesta, que jamás olvidó, fue: "Las mujeres están en el coro o son maestras".




La apostasía colectiva fue convocada por la Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL). "Nosotros perseguimos la separación de Iglesia y Estado. La apostasía es un acto personal y político. Acá facilitamos el trámite", explica Marcela Brusa, docente de 58 años, e integrante de la organización, que una vez recolectadas las formularios se encargarán de llevarlos a los respectivos arzobispados.

"Queremos que se sinceren los números de fieles. La Iglesia usa el número de bautizados para reclamar privilegios del Estado. Ya ves que la mesa está llena de gente", sonríe Brusa, abrigada con una campera que tiene estampadas las banderas del Vaticano y la Argentina separadas por un rayo rojo.

"Hace mucho que lo quería hacer pero pensaba que era un trámite complejo. No estoy para nada de acuerdo con la iglesia. Mis padres me afiliaron sin preguntarme y no comulgo con esas ideas. No me interesa sumar a su poder.

Me parece malísimo institucionalmente y para el país lo que hace la Iglesia con el aborto. Es un avasallamiento en nombre de Dios. Pretenden hablar por todos", dice Sol Ugalde, de 29 años, diseñadora en comunicación visual.

Acceso al artículo completo:

APOSTASÍA




EL ÁNGEL CAÍDO

Ricardo Bellver

Foto: Pedro Taracena Gil




No hay comentarios:

Publicar un comentario